La sección dedicada a Roma se compone de unas cincuenta obras que trazan la historia de los veinticinco siglos de la ciudad eterna, pagana y cristiana, a través de temas de la antigüedad y de la autoridad religiosa. Destacan el cuadro de Rubens Rómulo y Remo amamantados por la loba, las vistas de Roma de Wan Vittel, los grabados de Piranesi y las esculturas de Bernini y Canova.
Hasta el Risorgimento
La ciudad de Florencia simboliza la lengua italiana de Dante, Petrarca y Bocaccio, el coleccionismo de los Medici, la corte ilustrada de Lorenzo el Magnífico y la cuna del Renacimiento. Esta sección reconstruye el camino hacia la Unidad italiana empezando por los grandes maestros de la Edad Media y hasta llegar al Risorgimento, con un cuadro extremadamente simbólico: La muchacha que cose la tricolore, de Odoardo Borrani.
Turín encarna en esta exposición el espíritu del Risorgimento que llevó al país a la Unidad. La sección está compuesta por obras que recorren la dinastía de los Saboya, la religiosidad, los avances editoriales y el coleccionismo. Destacan los cuadros de paisajes del Piamonte y las telas de Bossoli y Tetar van Elven.
Génova recorre su edad de oro como capital financiera y artística. Destacan las telas de Rubens, Strozzi, Van Dyck, Veronese y el magnífico Retrato de Andrea Doria como Neptuno de Bronzino.
La ciudad de Palermo está representada por sus numerosas influencias culturales, que van desde la Edad Media hasta la Edad Moderna. Sobresale la tela del siglo XIX de Giacomo Conti que representa a la corte de Federico II.
Maravilloso Leonardo
Bolonia, segunda ciudad del Estado Pontificio, viene representada en la muestra por la rica tradición pictórica de las cortes padanas en las telas de Correggio y de Dossi, ilustrando la reconquista vaticana de Julio II en 1506 con obras de Guercino, Fontana, Bagnocavallo, Ludovico y Annibale Carracci.
Parma y Módena tienen una sección especial dedicada a obras maestras que pertenecieron a las prestigiosas colecciones de sus antiguos ducados. Una de las partes más interesantes de la exposición es la dedicada a Milán, con un maravilloso dibujo de Leonardo da Vinci y el célebre Beso de Francesco Hayez.
La muestra se cierra con Venecia, ciudad representada por algunos de sus momentos históricos más relevantes, como su autonomía política e institucional y su República. En esta sección se alternan retratos de Tiziano, el Leone di San Marco de Vittore Carpaccio, con las famosas vistas de Canaletto, el colorido de las obras de Tiépolo y las esculturas de Canova.
Turín. La Bella Italia. Scuderie Juvarriane della Reggia di Venaria.
Hasta el 11 de septiembre 2011.
Comisario: Antonio Paolucci.