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La cajonería renacentista de la catedral de Murcia recupera su esplendor

En los últimos cinco años, Cultura ha invertido más de 2.2 millones de euros en la restauración de diversos elementos de este templo, de los cuales 342.000 euros se han destinado a la recuperación de la cajonería y el resto a la restauración del primer cuerpo de la torre, el exterior de la capilla de los Vélez y de las Ánimas y las cubiertas de los cuerpos adyacentes.

A pesar de que por entonces apenas había comenzado el trabajo se trata de una obra que pone de manifiesto el profundo conocimiento del arte italiano de su autor, tanto en su estructura como en su ornamentación, debiendo figurar en la nómina de sus creaciones. Tras el fallecimiento de Florentino, su trabajo lo continuó Jerónimo Quijano, formado con Felipe Bigarny, que terminó el mueble alrededor de 1534. La estructura de soporte se realizó en pino mientras que se empleó madera de nogal para las zonas “nobles” del mueble, decoradas con impresionantes relieves.

Avatares varios

El conjunto sufrió a lo largo de la historia una serie de avatares y transformaciones que modificaron su concepción original. Un incendio destruyó, en 1689, un lienzo completo del mueble y afectó a parte de los cajones, lo que motivó su reconstrucción. El encargo recayó en Gabriel Pérez de Mena, sobrino de Pedro de Mena, pero fue concluido por otro escultor, Juan Antonio, en 1706. Poco después, se le añadieron unos remates en las cresterías y una hornacina barroca para albergar una talla de piedra policromada de la Inmaculada Concepción.

cajoneria_catedral_de_murcia_02La cajonería se encontraba afectada por la humedad que se filtraba por el basamento de la catedral. Por ello su estructura presentaba pudrición por hongos y ataques de insectos, además de importantes problemas de estabilidad física al haberse desprendido toda la crestería.

La restauración, llevada a cabo por el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), ha consistido en el desmontaje y posterior montaje del mueble para, aprovechando la cámara existente bajo la sacristía, mejorar la ventilación y minimizar la acumulación de humedad garantizando, de esta forma, unas condiciones óptimas de conservación. Además, se ha realizado una desinsectación y limpieza de la madera y se han repuesto piezas perdidas con el fin de devolver al mueble su estabilidad y belleza originales. Finalmente, se ha realizado una documentación precisa y excepcional de las técnicas utilizadas por la ebanistería renacentista.