A través de una cuidada selección de 60 obras, la muestra pretende dar a conocer al gran público lo más representativo del conjunto de obras que, en los últimos 15 años, ha logrado reunir este coleccionista griego y que incluye creaciones de una treintena de artistas internacionales tan influyentes como Louise Bourgeois, Robert Gober, Martin Kippenberger, Paul McCarthy o Kiki Smith, y talentos más jóvenes como Paul Chan, GuytonWalker, Nate Lowman o Wangechi Mutu. Artistas, todos, que trabajan en diversos medios, con una especial atención a la escultura y a las instalaciones de grandes dimensiones. De esta forma, la muestra sumerge al visitante en un análisis certero de algunos de los desarrollos artísticos más notables de las últimas décadas.
Grandes instalaciones
Gracias al compromiso con los nuevos lenguajes, característico de la pulsión coleccionista de Daskalopoulos, se puede contemplar en Bilbao una significativa muestra de la diversidad de medios y técnicas con los que los artistas contemporáneos reflexionan sobre las múltiples cuestiones –desde el medio ambiente a los conflictos culturales– que les inquietan y mueven en su paso por el “intervalo luminoso” de la vida.
Las grandes instalaciones que ocupan galerías enteras son una característica de la D. Daskalopoulos Collection, por lo que la presentación incorpora un número relevante de obras de una escala ambiciosa, tales como la catacumba de Thomas Hirschhorn, realizada con cinta de embalar y cartón, y titulada Hombre cavernícola (Cavemanman, 2002), la pieza en forma de corazón de Annette Messager Dependencia/Independencia (1995), la barroca escena de Wangechi Mutu en torno a los excesos del capitalismo de Exhumando la glotonería (Exhuming Gluttony, 2006/11) o el alucinatorio paisaje multimedia de John Bock Palms (2007).
Del caos a lo formal
Estos caóticos entornos encuentran su contrapunto en el lenguaje formal opuesto, de contención rígida y límites geométricos, que se ilustra a través de ejemplos como el cubo electrificado de Mona Hatoum Perturbación de corriente (Current Disturbance, 1996), la retícula de alambre de cuchillas de Kendell Geers, Acrópolis ahora (Akropolis Now, 2004), o la vitrina vacía y los truculentos armarios clínicos de Damien Hirst titulados, respectivamente, El asmático escapó (The Asthmatic Escaped, 1992) y Los amantes (Amantes espontáneos) (Amantes comprometidos) (Amantes desapegados) (Amantes comprometedores) [The Lovers (The Spontaneous Lovers) (The Committed Lovers) (The Detached Lovers) (The Compromising Lovers), 1991].
Muchas de las piezas de la muestra profundizan en las narrativas imperantes sobre la identidad nacional y cultural. El análisis poético de Steve McQueen sobre los conflictos del Congo y de Irak en Gravesend/Sin explotar (Gravesend/Unexploded, 2007); la visión de Rivane Neuenschwander de la disolución de las fronteras continentales titulada Contingente (2008); y las seductoras imágenes de Nate Lowman de Plataformas petrolíferas (Oil Riggs, 2005), tratan, directa o indirectamente, conflictos relacionados con los recursos naturales del planeta.
Por su parte, la pieza de Kutluğ Ataman Küba (2004) evoca un complejo retrato de una comunidad a través de los habitantes de una barriada de chabolas a las afueras de Estambul, mientras que Los santos (The Saints, 2007), de Paul Pfeiffer, indaga en la dinámica de masas mediante la re-escenificación de un icónico partido internacional de fútbol. Leche corporal (Body Milk, 2003) de Alexandros Psychoulis y Me invadió un momento de pánico al pensar que yo podía tener razón (I Was Overcome by a Momentary Panic at the Thought that I Might Be Right, 2004) de Walid Raad/The Atlas Group presentan dos representaciones abstractas muy distintas de las secuelas de la violencia en Oriente medio.
El cuerpo humano
Otro grupo de obras de la exposición indaga en los aspectos más íntimos de la identidad individual, con un especial acento en el cuerpo humano y sus diferentes estados de represión, fecundidad y descomposición. En algunos casos, ello se logra a través de la creación de siniestros sustitutos, como los lavabos, cunas y cestos transfigurados de Robert Gober, o los vaciados de espacios negativos que aborda Rachel Whiteread como estudios de la experiencia doméstica. En otros, como los inquebrantables esbozos de las funciones corporales de Smith, o el íntimo y ritualístico encuentro de Marina Abramović con un esqueleto, lo que prevalece es una visceral sensación de inmediatez y cercanía. La exposición también incluye otro tipo de representaciones del cuerpo humano, que lo abordan de forma irreverente y subversiva, como es el caso del desmembrado Cabeza de tomate (burdeos) [Tomato Head (Burgundy), 1994] de Paul McCarthy, o de la sentimental “conejita” derrotada de A la conejita se la juegan n.º 10 (Bunny gets snookered #10, 1997), obra de Sarah Lucas.
Activo mecenas busca sede para gran colección
El ateniense Dimitris Daskalopoulos es un activo mecenas de las artes que ha logrado reunir una colección integrada por más de 400 obras de 170 artistas, de las que más de 140 piezas han sido prestadas a más de 120 museos internacionales de Europa y EE.UU. en los últimos 15 años. Otorga una especial atención a la escultura y al arte de instalación de gran escala, así como al cine y al vídeo. Muchas de sus piezas más ambiciosas e importantes, incluidas en la exposición del Museo Guggenheim Bilbao, se exhibirán por primera vez desde que fueran adquiridas para la colección. Actualmente, Daskalopoulos está embarcado en la búsqueda de un emplazamiento adecuado en Atenas para ser sede permanente de su colección a partir de 2013/14. En él pretende crear un espacio público que fomente las ideas y promueva la importancia del arte contemporáneo y su apreciación, con especial atención a la interacción y la educación.
Con motivo de la exposición, el Guggenheim publica un catálogo ilustrado que incluye un diálogo entre Nancy Spector y Dimitris Daskalopoulos en torno a la historia y al espíritu de la colección; un ensayo del crítico de arte, Brian Sholis, y otro a cargo del también crítico de arte, Simon Critchley, y el psicoanalista, Jamieson Webster; y entradas detalladas sobre las obras de la exposición, muchas de las cuales con nuevas declaraciones de los propios artistas.
Lucha y desintegración El título de la muestra procede de los escritos del filósofo griego Nikos Kazantzakis (1883–1957), cuyo pensamiento ha sido especialmente influyente en la práctica coleccionista de Dimitris Daskalopoulos. Kazantzakis concebía la vida como un “intervalo luminoso” durante el cual lucha y desintegración son necesarias para la creación y el renacimiento. El intervalo luminoso: The D. Daskalopoulos Collection explora esta coexistencia de esperanza y desesperación en el seno de la condición humana, prestando especial atención a conceptos como alienación, trauma, identidad cultural o el cuerpo humano. La Daskalopoulos Collection refleja el tenor de los tiempos, y muchas de las obras de esta muestra tratan de las crisis y éxitos de la vida contemporánea. Pese a que gran parte de las obras exhibidas derivan o aluden a contextos geopolíticos o sociales concretos, lo que Daskalopoulos valora es que también puedan abordar al mismo tiempo cuestiones universales, especialmente la incuestionable capacidad de superación del espíritu humano. |
Bilbao. El intervalo luminoso: The D. Daskalopoulos Collection. Museo Guggenheim Bilbao.
Del 12 de abril al 11 de septiembre de 2011.
Comisarias: Nancy Spector, subdirectora y curator jefe del Solomon R. Guggenheim Foundation, y Katherine Brinson, curator adjunta del mismo museo.