El Spire, levantado en el punto en el que confluyen el río Chicago y el lago Michigan, casi en pleno centro de la ciudad, albergará 1.200 residencias únicas de lujo con un salón de cristales transparentes de cuatro pisos, así como un estacionamiento subterráneo de seis pisos con capacidad para 1.350 automóviles.
Ya el pasado mes de septiembre, Shelbourne había advertido de que los trabajos en el rascacielos se retrasarían durante un período de meses debido a las condiciones en los mercados financieros internacionales. Por su parte, Santiago Calatrava, en octubre, impuso un embargo por valor de 11,3 millones de dólares contra el edificio por impago de sus emolumentos. La portavoz ha indicado también que, aunque el Spire se encuentra claramente en una posición ventajosa para continuar la construcción una vez se supere la crisis, los trabajos continuarán interrumpidos hasta que la situación económica mejore.