Esta institución, aunque fundada a mediados del siglo XIX como Museo Provincial de Bellas Artes, se convirtió en 1933 en el Museo Nacional de Escultura. En 1982 emprendió un proceso de ampliaciones espaciales y reformas que culminaron en 2009, abriendo sus puertas bajo un nuevo nombre: Museo Nacional Colegio de San Gregorio, uno de los más representativos de nuestro país por la calidad de su colección de escultura, la belleza del edificio del siglo XV que alberga su exposición permanente y el valor histórico de los inmuebles que completan el conjunto museístico: el Palacio de Villena, la Casa del Sol y la iglesia de San Benito el Viejo.

Capilla familiar

La Casa del Sol es un palacio del siglo XVI obra de Sancho Díaz de Leguizamo, que destaca a comienzos del XVII por la personalidad influyente de su nuevo propietario, el conde de Gondomar, embajador de Felipe III en Inglaterra (conocido como el «Maquiavelo español»), erudito y bibliófilo, poseedor de una de las bibliotecas más notables en la época.

La residencia integró desde el siglo XVI la iglesia de San Benito el Viejo como capilla familiar. De hecho, gracias a la documentación que lo describe, se sabe que la cripta fue un lugar muy relevante por su decoración, encargo de Gondomar a los pintores Pedro Díez Minaya y su hijo Diego Valentín Díaz. En el siglo XIX el conjunto abandonó su carácter de residencia privada y pasó a desempeñar otras funciones hasta que fue adquirido por el Estado en 1999 para integrarlo en el proyecto de ampliación del Museo.