Segunda década del siglo XX. El tiempo parece haberse detenido sobre un Estados Unidos rural todavía en el que conviven los viejos carromatos y los recién llegados automóviles. En ese ambiente, salpicado de idílicos paisajes, un librero ambulante vende su singular negocio sobre ruedas, con yegua y perro incluidos, a una madura señorita que harta de la monotonía de su vida se lanza a la aventura y a recorrer un mundo que no conoce.
Este clásico rebosa humor y nostalgia y en las poco más de dos horas que lleva su lectura atrapa para siempre. Así lo ha hecho con millones de entregados desde que se publicara en 1917 de la mano del historiador y periodista Christopher Morley.
Tierna y próxima, La librería ambulante nos instala en un mundo lleno de encanto en el que a ratos nos invade el aroma de las hogazas recién sacadas del horno de la intrépida protagonista de unas páginas que rezuman pasión por la literatura y que, a ratos también, evoca 84, Charing Cross Road, ¿la recuerdan?, aquel epistolario escrito por Helene Hanff que los años han convertido en texto de culto, verdadero monumento escrito sobre el amor a los libros. En muchas cosas La librería ambulante no le va a la zaga. Háganos caso y sumérjase en el vaivén de sus móviles y entrañables estanterías.
La librería ambulante
Christopher Morley
182 páginas