Si bien es cierto que los aficionados al arte conocen las pinturas y dibujos del maestro del impresionismo, es muy probable que muchos de ellos nunca hayan tenido la posibilidad de admirar las magníficas esculturas de bronce que ahora se exponen.
Más en concreto, la muestra reúne 74 esculturas de bronce, realizadas en una nueva edición, cuya fundición ha sido posible gracias al descubrimiento de las figuras de yeso realizadas por el íntimo amigo de Degas, el escultor Paul-Albert Bartolomé, a partir de las esculturas originales de cera del artista, y con su consentimiento. El trabajo escultórico de Degas se organiza, en esta ocasión, por unidades temáticas, centrándose en los temas principales de su obra: bailarinas en escena o entre bastidores, mujeres, bañistas, caballos y jinetes, y bustos.
Objetos íntimos
Edgar Degas (1834-1917) fue un gran observador del ser humano –sobre todo de las mujeres, en las que se centra gran parte de su obra– y tanto en sus retratos como en sus estudios de bailarinas, sombrereras y lavanderas, cultivó una objetividad absoluta, intentando atrapar las posturas más naturales y espontáneas de sus modelos como las que podían registrarse en las fotografías.
Degas consideraba que sus esculturas eran objetos íntimos y personales que creaba para su propio deleite. La historia tiene constancia de que sólo los más allegados al artista sabían que éste había creado tal número de esculturas. Este tesoro sólo se dio a conocer tras su muerte. Sus herederos encontraron un gran número de objetos escultóricos en su casa y en su estudio. La mayoría de las esculturas estaban realizadas en cera mezclada con arcilla, y los herederos decidieron que 74 de ellas serían reproducidas en bronce para garantizar las conservación de las imágenes. Fue una sabia decisión. De no haber sido así, este gran corpus de obras nunca hubiera visto la luz.
Valencia. Las esculturas de Edgar Degas. IVAM [1].
Del 3 de marzo al 17 de abril de 2011.
Comisarios: Walter F. Maibaum y Carol Conn.