El proyecto se sustenta en el éxito de la sala multimedia que en 2003 se instaló a las puertas del Museo Cívico de Padua, con una reproducción en tres dimensiones de los frescos que Giotto realizó para la Capilla de los Scrovegni que alberga esta ciudad italiana. De este modo, el visitante pudo completar su información sobre aquella obra, acercarse con otra perspectiva, pasear por el espacio y captar elementos que de otro modo no percibiría.
Preocupación
El pasado viernes, el director de los Museos Vaticanos y ex ministro de Cultura italiano, Antonio Paolucci, mostró su preocupación en las páginas de L’Osservatore Romano sobre el estado de conservación de los frescos de Miguel Ángel, Botticelli y Perugino por el excesivo número de visitantes y la falta de instalaciones adecuadas para eliminar la contaminación ambiental. Cada año, la capilla es visitada por cerca de cuatro millones de personas y en los días de fiesta se rozan los 25.000 visitantes diarios.
Paolucci comentó los resultados del trabajo de limpieza que un grupo de 30 especialistas ha llevado a cabo durante el verano para limpiar el polvo que habían acumulado durante los últimos cuatro años los frescos que adornan la capilla.