Producida por el Museo Joge Oteiza de Alzuza (Navarra) en colaboración con Ibercaja, esta exposición, comisariada por Alfonso de la Torre, presenta un total de 46 obras, entre esculturas y cuadros, de Oteiza y de artistas como Angel Ferrant, Eduardo Chillida, Néstor Basterretxea, “Equipo 57”, Manolo Gil, Andreu Alfaro, Vicente Castellano, Salvador Montesa, José María de Labra, además de Manolo Millares, Leandre Cristòfol, Remigio Mendiburu, Manuel Rivera, Pablo Serrano, Fermín Aguayo, Manuel Calvo, Francisco Farreras, Eloy Giménez Laguardia, Santiago Lagunas, Pablo Palazuelo, Gerardo Rueda y Eusebio Sempere, Rafael Canogar, Luis Feito o César Manrique.
La muestra recorre, en definitiva, los años más vitales del artista y se completa con numerosa documentación, un conjunto de correspondencia inédita de Oteiza y la proyección de una selección de noticias del NO-DO referidas a eventos plásticos celebrados en los años cincuenta.
Los años vertiginosos
Esta exposición se estructura a través de tres capítulos (Preámbulo, Confluencias y Contexto) que profundizan en el mundo de sinergias sucedido en torno a Oteiza desde ese 1948, partiendo desde su admiración por Àngel Ferrant. Confluencias refiere ciertos encuentros de Oteiza con artistas de los años cincuenta: influencias, propuestas, correspondencia y flujo de ideas: Basterretxea, Chillida, «Equipo 57», Manolo Gil y varios artistas de «Parpalló» o Manolo Millares.
El capítulo de Contexto evoca algo del mundo artístico más próximo a Jorge Oteiza. Proximidad que no siempre es estilística sino, también, en algunos casos, de tipo personal. Afecto o animadversión: Cristòfol, Mendiburu, Rivera o Serrano. Se relata en este capítulo la importancia de opciones próximas al arte normativo, a un arte más de silencios que de gesto. Aunque no todos se relacionasen con el artista vasco: Aguayo, Calvo, Farreras, Laguardia, Lagunas, Palazuelo, Rueda y Sempere.
También se hace mención a la obra de ciertos creadores que, de un modo previo a su paso por el informalismo, tuvieron un período que hemos calificado como «La tentación constructiva». Ejemplificado en los casos de Canogar, Feito o Manrique. Este capítulo acoge también a algunos artistas que declararon, en este tiempo, sentirse influidos por su trabajo.
Zaragoza. La sombra de Oteiza en el arte español de los
años cincuenta. Sala Patio de La Infanta de Ibercaja [1].
Del 15 de abril al 2 de julio de 2010.
Comisario: Alfonso de la Torre.