A finales de los años cincuenta, tras una espléndida corrida a la que había asistido en Arles, Picasso realiza estas obras, en las que el malagueño representa, con mano rápida y nerviosa, diferentes momentos de la corrida, a modo de testimonios recogidos en directo.
La edición, en cuya realización no se ahorraron esfuerzos, constaba, según rezaba la justificación de tirada, de 263 ejemplares, diez de los cuales (los números 3 al 12) estaban estampados sobre papel japón antiguo y contenían, además, dos estampas fuera de serie. Uno de estos ejemplares singulares, el número 10, es el que se presenta ahora en esta exposición de la galería Antonio de Suñer.
Madrid. La Tauromaquia de Picasso. Antonio de Suñer. Barquillo, 43.