Como si se tratara de un verdadero hospital de obras de arte, el taller se encuentra en dos amplias salas del monasterio cisterciense de Santa María de Valbuena, un cenobio del siglo XII emplazado en la pequeña pedanía de San Bernardo (Valladolid) y que desde hace varios años es sede permanente de la Fundación Las Edades del Hombre.

La humedad, la presencia de insectos devastadores para la madera, la suciedad, los repintes inadecuados y la superposición de capas pictóricas son algunas de las principales deficiencias que presentan las obras de arte que el equipo de Silvia Lorenzo somete actualmente a un análisis y tratamiento para devolverle su primitiva presencia.

«El estado de las obras varía, aunque por regla general es bastante bueno, ya que suelen presentar patologías salvables como pequeños desprendimientos de policromía, suciedad e insectos sobrevenidos por la humedad del lugar donde se conservan», ha explicado la directora.

“Las pinturas y esculturas se distribuyen en diversos espacios y son tratadas después de un minucioso proceso de análisis para detectar el origen de la deficiencia y aplicar la terapia más adecuada, lo cual requiere en ciertas ocasiones el envío de pequeñas muestras a laboratorios químicos, quienes nos remiten con total certeza la naturaleza de la patología, mostrando la estratigrafía de la pieza y desvelando el origen de la materia impura adherida. Los especialistas eliminan la suciedad e impurezas con disolventes o abrasivos y la aplicación de medios mecánicos como gomas, bastoncillos de algodón impregnados, escobillas de fibra de vidrio y pequeños bisturís” comenta Silvia Lorenzo.

Entre las obras en tratamiento se encuentran, por ejemplo, una talla de San Pedro de Osma, labrada por Juan de Juni, o tres tablas renacentistas del siglo XVI pertenecientes al retablo parroquial de Montenegro de Cameros (Soria)  supuestamente debido a Alonso de Sedano, además de alguna otra que “no se puede desvelar por no estropear el factor sorpresa en Soria”.