Algunas de ellas han desaparecido con el tiempo, de forma documentada unas como la de Cartaya y enigmáticamente otras, como la de Lepen, denominada “la del Catalán”, cuya base se encuentra actualmente en una montaña a unos 500 metros de la playa, pero en su origen se construyó sobre un acantilado.
Afortunadamente para su conservación, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía está acometiendo diversas actuaciones para rescatar estas antiguas torres, convirtiéndolas en museos.
La más reciente es la que afecta a la torre almenara de Canela, en Ayamonte, para convertirla en espacio expositivo, recuperándose la división interior, el antiguo pozo y mejorando toda la zona del entorno para adecuarla a las características de la edificación.
Antes de esa idea, el Ayuntamiento de Punta Umbría ya reconstruyó su torre hace años para que pudiese ser visitada, y Endesa se hizo cargo del mantenimiento de la de Lepe. Y en Ayamonte, el proyecto de rehabilitación de la Torre, monumento declarado bien de interés cultural, destaca por restituir la bóveda que inicialmente tuvo la edificación en su interior y la unificación de texturas en los paramentos exteriores.