Hijos de una generación que vivió de lleno los mayores horrores del siglo XX (II Guerra Mundial, Vietnam y dictaduras militares), Nancy Spero (1926-2009) y Leon Golub (1922-2004) entendieron su obra como lucha, como espacio destinado a alzar la voz y trasladar a otras esferas ideas combativas de cambio, un cambio en pos de la igualdad (sexual, social, racial, política) y de la libertad.
La galería Pilar Serra, remarcando la importancia artística de estos dos personajes dentro del siglo XX y la vigente contemporaneidad de sus mensajes (retomados con gran fuerza durante la guerra de Irak y los hechos acaecidos en Abu Ghraib), propone ahora un diálogo entre sus obras, una selección que incluye desde algunos grandes lienzos de Golub (de los años 60, con esa influencia por la escultura antigua, a los más actuales de los 90) hasta los conocidos frisos en papel de Spero vinculados con las figuras femeninas clásicas y sus contenidos simbólicos.
Corpus artístico común
Spero y Golub se conocieron durante sus estudios en el School of the Art Institute de Chicago a final de los años cuarenta e inseparables desde entonces, su larga vida juntos les condujo a desarrollar un corpus artístico con una clara idea común, la de denunciar todas aquellas atrocidades llevadas a cabo por el poder en pos del control político y humano, así como reactualizar esa idea de que el arte, además de su función estética y óptica, posee una anterior finalidad ética: la de pronunciarse con toda su fuerza empática y servir como vehículo de comunicación, como obligada plataforma para dar visibilidad y promover el cambio, desbancando las huellas de autoridad que violan los derechos humanos y promueven la desigualdad.
Si bien es cierto que estas ideas –la función humanista del arte y la corruptibilidad humana– son un bajo continuo en ambas trayectorias, cada uno evidencia una forma personal de ver y, por lo tanto, de elegir los temas y de mostrarlos. Mientras que Golub se aproxima más hacia una representación narrativa y pictórica de la violencia y la opresión de las relaciones sociopolíticas y los efectos del poder tomando el cuerpo humano como signo de identidad; Spero aborda sobre todo el tema de la igualdad sexual y femenina a través del papel (rechaza la pintura sobre lienzo por su vinculación históricamente masculina en el arte) que se convierte en el soporte de un lenguaje propio, a medio camino entre lo literario y lo pictórico, que busca involucrar física y psíquicamente al espectador, en ocasiones convertido en lector e intérprete de un nuevo código.
Una frase de Golub representa este hilo conductor común de lo que pretendían y entendían del arte: «Mucha gente tiene una actitud protectiva con respecto al arte. Ya saben. No tocar. Es valioso. Yo intento sin embargo llegar de frente, como cuando caminas por la calle y de repente encuentras una situación. Lo que pretendo es invitar a escenas y situaciones a las que quizás no se quisiera estar invitado».
Madrid. Leon Golub & Nancy Spero. Galería Pilar Serra.
Del 6 de septiembre al 10 de octubre de 2011.