El Libro Verde ofrece las herramientas para el cumplimiento de los objetivos del Plan Nacional que prevé un decálogo de medidas que van desde la documentación e inventario de este patrimonio arqueológico a la protección física y jurídica de las zonas arqueológicas más importantes de nuestro litoral, pasando por la formación en este campo, y acuerdos de colaboración con los Ministerios de Defensa, Interior y Exteriores.
Cultura ya ha puesto en marcha algunas de estas medidas en colaboración con las comunidades y se está tramitando un convenio de colaboración con cada una de ellas cuyo objetivo principal es realizar cartas arqueológicas. Igualmente, ha suscrito un acuerdo con el Ministerio de Defensa [1] con objeto de optimizar los recursos de ambos departamentos para la protección del patrimonio subacuático. En cuanto a la financiación de las medidas para la protección de este patrimonio, la cifra ha pasado de los 800.000 euros de 2009 a los 1.275.000 de este año.
Protección internacional
La presentación del Libro Verde ha coincidido con la primera reunión del Consejo Consultivo Científico y Técnico de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de la UNESCO, creado como órgano asesor por dicha Convención de la que España forma parte desde el año 2005. Integrado por 11 expertos y científicos de alto nivel elegidos para desempeñar un mandato de dos años, el Consejo, que hoy concluye su reunión en ARQUA, tiene por misión impartir orientaciones sobre las prácticas idóneas relativas a los sitios arqueológicos sumergidos, así como sobre su gestión.
Adoptada en 2001 por la UNESCO, esta Convención tiene por finalidad garantizar una mejor protección de los restos de navíos naufragados, sitios, grutas ornamentadas y otros vestigios culturales, históricos y arqueológicos que yacen bajo las aguas. La comunidad internacional adoptó este tratado internacional en respuesta al saqueo y la destrucción crecientes del patrimonio cultural subacuático por parte de los cazadores de tesoros. La Convención, que preconiza la preservación prioritaria in situ del patrimonio sumergido, tiene también por objeto propiciar el acceso del público a este tipo de patrimonio y fomentar los trabajos de investigación arqueológicos.
Capítulos. Libro Verde del Plan de Protección del Patrimonio
|