Esta muestra se podrá ver en las salas de la colección y se enmarca en la voluntad del Museu de mostrar de manera periódica su importante fondo de obra grabada a través de presentaciones dedicadas a dar a conocer una técnica o un tema determinado dentro de la producción del artista.
Durante toda su vida
Picasso trabajó el aguafuerte durante toda su vida pero tuvo una especial incidencia en su producción en los periodos que van de 1904 a 1940 y de 1963 a 1973. El Museo cuenta con una buena representación de obras realizadas mediante esta técnica calcográfica, que se caracterizan por una gran riqueza de matices y por la gran variedad de temas que abordan.
En esta primera ocasión, la selección se ha llevado a cabo entre los trabajos realizados entre 1920 y 1940, dejando para más adelante la presentación de obras realizadas durante el segundo periodo destacado del artista.
La próxima propuesta de obra grabada del fondo del Museo, presentada en las salas de la colección, se podrá ver a mediados de octubre de 2012 y estará dedicada a la punta seca, otra de las técnicas utilizadas por Picasso en su producción artística.
Picasso y el aguafuerte
Desde 1904 apenas hubo año en el que Picasso no dejara su huella en una plancha con el fin de explorar todas las técnicas calcográficas y de estampación. Entre 1904 y 1940 centró su atención en la punta seca y el aguafuerte, técnicas que aprendió de la mano de los más reputados maestros del género: Eugène Delâtre, Louis Fort y, sobre todo, Roger Lacourière.
A partir de 1930, los aguafuertes conformaron una especie de diario íntimo, en el que el artista reflexionaba sobre sí mismo y sobre su relación con la modelo. Los grabados que forman la Suite Vollard y los realizados para ilustrar Les métamorphoses de Ovidio y Le chef d’oeuvre inconnu de Balzac constituyen un punto culminante de su producción gráfica.
Desde 1432 Esta técnica de grabado debe su nombre al ácido nítrico rebajado, conocido como aguafuerte, que se emplea durante el proceso de realización de las planchas de grabado, también llamadas matrices. El orfebre italiano Maso Finiguerra, en 1432, fue el primero en desarrollar esta técnica. Consiste en recubrir una plancha pulida con un barniz impermeable a la acción de los ácidos. Luego se traza el dibujo con un punzón sobre el barniz, dejando al descubierto el metal. Finalmente se somete la plancha al mordido del ácido, el cual, al atacar el metal, traduce en surcos aquellas líneas trazadas en la capa de barniz. Estas hendiduras reciben después la tinta que pasará al papel en la impresión. Entre los artistas que utilizaron esta técnica con gran maestría destacan Rembrandt, Piranesi, Goya, Cézanne y Picasso, entre otros. |
Barcelona. Selecció d’aiguaforts de la Col·lecció. Museu Picasso de Barcelona.
Del 4 de julio al 24 de septiembre de 2012.
Ilustración: Pablo Picasso – La minotauromaquia – grabado – 23/03/1935 – Aguafuerte y rascados – 49,8 x 69,3 cm – Donación del artista, 1938 – MPB 45.006