Con ocasión de esta apertura, serán exhibidos públicamente y por primera vez los bocetos previos realizados por Matisse sobre diversos elementos decorativos de la Capilla del Rosario en la villa de Vence, cercana a la ciudad de Niza, en la Costa Azul. Esta colección de obras fue donada al Vaticano, en 1980, por el hijo del artista, Pierre Matisse.
Obras expuestas
Durante el período comprendido entre 1948 y 1951, Matisse creó para la Capilla del Rosario de Vence múltiples trabajos, entre ellos la obra central de la iglesia, El Vía crucis, con las 14 Estaciones de la Cruz pintadas en tres hileras sobre losas de cerámica, para finalmente formar un solo panel de 3,96 x 1,98 metros, que figura en la pared posterior de la capilla.
El artista diseñó también el altar de piedra, una cruz de bronce, varias casullas de sacerdote y una puerta tallada para el confesionario, además de diversas decoraciones para las paredes, muebles y vidrieras.
Tres dibujos a gran escala, todos ellos de más de cinco metros de altura, constituyen la base del llamado Árbol de la Vida, un trabajo en vidrio teñido situado detrás del altar y de la representación de la Virgen y Niño en el presbiterio, realizada en paneles de cerámica.
Casi todas estas obras se encuentran actualmente en restauración, ya que los adhesivos utilizados antes de 1980 para fijar los paneles se había filtrado, deteriorando los dibujos.
Igualmente, serán expuestas en El Vaticano cinco casullas de seda, diseñadas con una gran variedad de colores, así como una cruz de bronce que fue creada para el campanario, unas piezas que compartirán sala con una escultura de piedra de Lucio Fontana representando a una Madonna (1956), que ya estaba instalada y que debido a su peso no podrá ser trasladada.
Complicada iluminación
La directora del Departamento de Arte Moderno y Contemporáneo de los Museos del Vaticano, Micol Forti, ha declarado que la iluminación de estos trabajos de Matisse ha sido verdaderamente difícil: "La sala donde se expondrán los dibujos, una estancia del siglo XVI, no tiene ventanas. Esta circunstancia no podría ser más diferente de la que estas piezas disfrutaban en la Capilla del Rosario, donde todo el recinto queda inundado con la luz de un sol deslumbrante. Finalmente hemos optado por una iluminación equilibrada con el estilo y el color de las obras, que evocan una explosión solar".
Forti reveló también los retos que se ha planteado su departamento al decidir la exposición de arte moderno y contemporáneo en el Vaticano: "Estamos tratando de mostrar la "nueva cara" de una sección especial que fue inaugurada en 1973 y que desde entonces ha sido enriquecida con donaciones y adquisiciones, especialmente de obra perteneciente a la década de los 60, de artistas como Chagall, Gauguin, Léger, Ernst, Nolde y Bacon. Lamentablemente, no siempre somos capaces de adquirir piezas de arte, así que hemos decidido dar prioridad a otros aspectos como la conservación y el desarrollo de nuestro propio patrimonio artístico".