Los recurrentes aseguraban que las obras y la puesta en servicio de la línea podían provocar «una situación de riesgo irreversible para la subsistencia del monumento», basándose en el dictamen de varios expertos. La resolución de la AN destaca, en contra de este argumento, que los tres peritos judiciales –un arquitecto, un ingeniero y un geólogo– concluyeron que es «poco probable que haya efectos que disminuyan gravemente la seguridad del templo».

Nuevo varapalo

Los magistrados consideran que no se ha acreditado que la Administración que aprobó el trazado del tren de alta velocidad actuara «con arbitrariedad o irracionalidad a la hora de seleccionar la opción más recomendable».

La sentencia añade que el Ministerio de Fomento no ha incumplido los trámites obligados en este caso, sino que ha desarrollado «una actividad administrativa orientada a la adopción de una decisión lo más adecuada y racional posible, tras un concienzudo análisis que posteriormente ha merecido los mayores controles y cautelas en aras a una ejecución rigurosa y segura».

Este tribunal, presidido por el magistrado José Luis Sánchez Díaz, había rechazado hasta en siete ocasiones la paralización cautelar de las obras del AVE a su paso por el templo.

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