Xelo Candel, profesora de Filología Hispánica en la Universidad de Valencia, y Paloma Esteban, conservadora jefe de Pintura 1881-1939 en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, son las dos comisarias de esta muestra que reivindica la figura polifacética de Luis Rosales (Granada, 1910-Madrid, 1992) como poeta, ensayista, académico de la lengua, difusor de la cultura en español por el resto del mundo, impulsor de las bellas artes y catalizador de la literatura hispanoamericana en España.
Doble visión de un poeta
Para ello, la exposición ha querido plantear una doble visión del poeta y de su contexto histórico artístico. Por una parte, muestra su vida y su obra a través de diversos documentos y fotografías que ha seleccionado Candel de entre el inmenso legado literario de Luis Rosales que se conserva en el Archivo Histórico Nacional y que está compuesto por manuscritos, documentos, libros, fotografías… así como por la correspondencia que mantuvo con escritores de su tiempo como Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Gerardo Diego o Pablo Neruda.
Entre las piezas seleccionadas por Candel destacan el manuscrito de La casa encendida; una carta que Antonio Machado le envió a José Bergamín desde Collioure, el 9 de febrero de 1939, pocos días antes de morir donde le comenta las penurias que están pasando; la carta de Pablo Neruda a Luis Rosales en la que le detalla algunos pormenores relativos a la antología que sobre su poesía Rosales está preparando; una carta de la Unión de Intelectuales Españoles en México en la que le piden su colaboración en algunos asuntos políticos y literarios; el poema inédito de Rosales «Estampas de Granada», dedicado a Isabel García Lorca; varios borradores sobre la muerte de Lorca así como el poema “La voz de los muertos», que Rosales y Lorca planearon escribir juntos en un proyecto que quedó truncado por la muerte de este último. En 1937, Rosales decidió publicarlo en el Diario Patria como testimonio del dolor por los muertos en ambos bandos.
Contexto artístico
Paloma Esteban, por su parte, se ha encargado de desarrollar el contexto artístico de Rosales pues sus relaciones con los pintores y escultores de su época fueron muy importantes y se vieron materializadas en colaboraciones en las Bienales de Pintura Hispanoamericana y en grandes amistades con artistas como Benjamín Palencia, José Caballero, Manuel Rivera, Francisco Lozano, Pepe Escassi o César Olmos, entre muchos otros. Una faceta que habitualmente suele permanecer en un segundo plano, a la sombra de su producción literaria, pero que se ha querido recuperar en esta exposición como muestra del variado conjunto de obras que constituyeron el entorno pictórico de su obra poética y cómo resumen del panorama artístico que surgió en España tras la Guerra Civil.
El relato de la vinculación de Luis Rosales con las artes plásticas es inseparable de la historia del arte español de la posguerra, que constituye un período de transición en el que no han finalizado todavía el aislamiento y las dificultades, pero donde son ya importantes las manifestaciones que conducirán a un notable desarrollo vanguardista al final de la década de los cincuenta y en los años inmediatamente posteriores. No puede hablarse en ese momento de una corriente predominante, sino de un panorama diverso en el que existen influencias tanto del arte otro y del tachismo como manifestaciones que buscan un desarrollo individual. A algunos de los protagonistas del arte español de esta etapa estará vinculado Rosales, así como también a algunos otros creadores de décadas posteriores.
Benjamín Palencia, Pablo Picasso, Salvador Dalí, Joan Miró, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Rafael Zabaleta, Gustavo Torner, Eusebio Sempere, Gerardo Rueda, Álvaro Delgado, Manuel Viola, Luis Caruncho, Manuel Rivera y José Caballero, son algunos de los artistas cuyas obras están presentes en la exposición.
Documental y catálogo
La muestra se completa con el documental Así he vivido yo que, con guión y dirección de Emilio Ruiz Barrachina, recorre la trayectoria vital y literaria de Luis Rosales con el objetivo de reivindicar su figura y mostrar al público de hoy quién fue y qué dimensión tienen su poética y su narrativa. La cinta, de 45 minutos de duración, cuenta con abundante material gráfico y con testimonios de familiares, poetas, especialistas y amigos.
Además, la Casa Encendida y la SECC han editado un excelente catálogo concebido como un estudio riguroso y sistemático de la figura de Luis Rosales y de las piezas y obras artísticas que integran la muestra. El volumen reúne textos de Xelo Candel (Luis Rosales: vivir es ver volver), Antonio Sánchez Zamarreño (Taumaturgia, compañía y resurrección: una poética desde Luis Rosales), Luis García Montero (Y el verbo se hizo carne. El Diario de una resurrección), Noemí Montetes, («Zaguán», de Luis Rosales: seis versiones distintas para un soneto esencial), Félix Grande (Apocalipsis en el Purgatorio), Carlos Marzal (Dos reflexiones privadas para Luis Rosales) y Paloma Esteban (La época de Luis Rosales: panorama del arte español 1939-1990).
El volumen se completa con el DVD del documental Así he vivido yo y con una serie de semblanzas sobre el poeta escritas por José Manuel Caballero Bonald (Acerca de Luis Rosales), Francisco Brines (Recuerdos esporádicos de Luis Rosales), Vicente Gallego (Mi casa), Almudena Guzmán (Un flechazo), Antonio Gala (Feliz, cumpleaños, Luis) y Gabriele Morelli (La palabra poética en La casa encendida).
Sus mejores obras Rosales nació en Granada el 31 de mayo de 1910 y murió en Madrid el 24 de octubre de 1992. Poeta y ensayista, perteneció a la generación del 36, de la que es uno de sus mejores representantes. Tras iniciar sus estudios en Granada, en 1930 se trasladó a Madrid para cursar estudios en la Facultad de Filosofía y Letras, donde obtuvo su doctorado. Compartió amistad con Federico García Lorca, quien se hallaba refugiado en su casa granadina cuando fue detenido. En 1935 aparece su primer libro de poemas, con el título Abril, al que le seguiría en 1940 Retablo de Navidad. En 1949 se publica La casa encendida, considerada como una de sus mejores obras. Posteriormente, se pueden destacar sus Rimas (1951), El contenido del corazón (1969), Diario de una resurrección (1979) o La carta entera (1980). En 1962 fue elegido miembro de número de la Real Academia Española y en 1982 recibió el Premio Cervantes por su labor literaria. |
Santiago de Compostela. Luis Rosales. El contenido del corazón. Fundación Gonzalo Torrente Ballester.
Del 4 de febrero al 6 de abril de 2011.
Comisarias: Xelo Candel y Paloma Esteban.
Nota: Imágenes de la exposición del mismo título celebrada en La Casa Encendida de Madrid.