Cada una de esas imágenes ampara la sugerencia de las funciones físicas y metafísicas de la piel, cobrando sentido y subrayando los matices de las tareas múltiples que tiene encomendadas: desde la función de protección, transmisión de sensaciones, de comunicación entre el interior y el exterior… Es a través de esas “pieles” donde la captura de tan elevadas texturas y contrastes cromáticos, el tratamiento de los detalles y las dimensiones aportadas por Muguruza atraen la atención del espectador hacia una imagen que, paradójicamente, parece ilusoria, debido precisamente a ese primer plano de la realidad, retrato de la perfección natural que el ojo humano no es capaz de disfrutar y percibir sin ayuda.
Valencia. Juan Muguruza [1]. Pieles. Jardí Botànic de la Universitat de València [2].
Del 28 de junio al 16 de septiembre de 2012.