La muestra, de carácter pedagógico y divulgativo se compone de 35 lienzos de gran formato que, a través de fotografías, documentos y textos impresos, acercan al visitante a la vida del compositor. También incluye un audiovisual que recoge algunas de las pocas imágenes en movimiento que se conservan de Falla y que fueron grabadas en los años 20 por un amigo del músico en su carmen de Granada.
Personalidad rica y compleja
Manuel de Falla. Itinerancias de un músico propone una aproximación a través de ciudades como Cádiz, Madrid, Granada, Córdoba o Buenos Aires. De esta forma se podrá conocer cómo fue su juventud, su formación, su consagración como compositor y su exilio, además de poder ubicar a este creador en el tiempo en el que le tocó vivir.
En definitiva, esta exposición quiere reflejar de modo directo y sencillo la personalidad rica y compleja de Falla, situando su obra no sólo en el contexto adecuado sino ubicándola en el particular lugar que ocupa dentro del vasto repertorio de la música de la primera mitad del siglo pasado.
Enérgico, incluso en la enfermedad o en la vejez, Falla vivió dentro del sentido del deber, de la integridad y la justicia. Así, fue capaz de escribir en carta fechada pocos meses antes de su muerte: «Una de las primeras cosas en que pondría más empeño sería en despertar o avivar en todos el sentido de la responsabilidad, y con esto, prepararles el espíritu para vencer en lo posible esas fuerzas tremendas que son el egoísmo, el rencor, el dolor (el propio dolor) y la muerte».
Santander. Manuel de Falla. Itinerancias de un músico. Palacete del Embarcadero [1].
Del 1 al 26 de agosto de 2012.
Comisario: Rafael del Pino e Yvan Nommick.