De niña, Alche pasaba largos ratos en el laboratorio que su padre, geólogo, tenía montado en un cuarto de la casa. La experiencia del revelado era vivida como un juego familiar, un aprendizaje que luego le dio paso a sus estudios de cine y actuación.
«El proyecto –explica Alche– lo he realizado sobre el archivo de mis diapositivas familiares. En este anhelo por conservar la existencia, hecha de vacaciones, hogares, salidas, cumpleaños, momentos comunes, viajes, empecé a observar que en muchas de ellas se repetían espacios vacíos; zonas del cuadro que esperaban ser ocupadas. La extraordinaria posibilidad de las fotografías de ser elípticas y fragmentarias, reproduciendo la textura de la experiencia sin explicar su significado, me permitió imaginar que debía ir hacia allí. La mayoría de las personas de las diapositivas son mis familiares directos en edades en que no los conocí. Los lugares que aparecen los recuerdo borrosamente en mi memoria, o los fui recreando muchas veces a partir de relatos que allí sucedieron escuchados en diálogos familiares. Entonces ingreso a una falla de tiempo, a una suerte de memoria inventada. Podrían pensarse como fotos de ciencia ficción, donde soy un alienígena en el pasado, perturbando el espacio y el tiempo».
Alche mira las imágenes de un tiempo de esplendor buscando los vacíos, las siluetas fuera de foco, la sombras de quien quedó fuera de cuadro; signos erráticos de lo único real: lo inesperado. Luego proyecta las imágenes en diapositivas para interactuar, dentro de esa ventana metafísica que es la foto, con los fantasmas. Cuida los detalles asimilando luz, vestuario, y se vale de efectos especiales caseros, como el ventilador que le vuela los pelos igual que a su abuela la brisa del Mar Muerto. La artista se funde en la escena y el acto es captado en toma directa que a su vez luego es reelaborada digitalmente hasta que consigue el desteñido propio del tiempo.
Madrid. FALLAS. Diapositivas Familiares 1960-1986: Fui a estar allí (éramos esperados entonces sobre la tierra). María Alché. Galería Cero.
Del 20 de septiembre al 11 de noviembre de 2012.