Las obras de los grandes creadores le sirven a Valdés de pretexto para sus planteamientos estéticos, en los que la textura, la materia, la representación del cuerpo humano y la expresividad son palpables en su pintura. En sus trabajos escultóricos refleja una profunda reflexión sobre la materia y el espacio, lo que le ha llevado a la creación de obras monumentales.
Policromía natural
Es al iniciar su andadura en solitario a principios de los 80, cuando Valdés demuestra una especial inclinación hacia la escultura y la exploración de la materia en busca de texturas más informales. En definitiva, busca la policromía natural de la materia, sus accidentes.
Desde el punto de vista temático, se inspira en el arte de los grandes maestros de la pintura: Goya, Velázquez, El Greco, Ribera o Zurbarán, y nunca oculta sus modelos, sino que los subraya, precisando su referencia en los títulos de sus obras, y si no es así, la inequívoca imagen nos remonta a su fuente (este es el caso de los tres óleos de Dama a caballo, 2008 que nos conducen al retrato velazquiano de Isabel de Francia a caballo, 1635).
Gran reputación internacional
Considerado uno de los más importantes artistas contemporáneos españoles en activo y con una gran reputación internacional, Manolo Valdés nació en Valencia en 1942. Comienza su formación en 1957 al ingresar en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos en su ciudad natal. Inició su carrera a principios de los años 60, fue miembro fundador de Estampa Popular Valenciana (1964-1967) y, más tarde, creó junto a Rafael Solbes y Juan Antonio Toledo el Equipo Crónica, con el que desarrolló una importante labor durante 17 años, hasta el fallecimiento de Rafael Solbes en 1981.
Desde entonces, comenzó una nueva etapa profesional en solitario, como pintor, escultor, grabador y cartelista, participando en numerosas exposiciones individuales y colectivas. Su obra forma parte de las más prestigiosas colecciones públicas del mundo.
Escultura con mucho de pintura Como el propio artista explica: “mi escultura tiene mucho de mi pintura; me interesan las texturas. Una vez hecho el volumen, recorro topográficamente la superficie para ver una pequeña mancha, un agujero (…). De la misma manera que nunca uso un lienzo en blanco, tampoco soy capaz de coger un bloque y sacar de él la escultura. No podría ponerme ante un bloque aséptico (…)”. |
Madrid. Manolo Valdés. Escultura y pintura. Galería Marlborough.
Del 12 de febrero al 21 de marzo.