Esta gran muestra, primera exposición internacional de la Galería Nacional, reúne más de 350 piezas –278 españolas y 94 mexicanas, entre tapices, pinturas, esculturas, orfebrería, mobiliario, etc.– con las que se pretende explicar cómo se crearon y evolucionaron las actuales colecciones reales españolas desde finales del siglo XV hasta la primera década del XIX. Esta panorámica se completa con una sección dedicada a la historia virreinal del actual Palacio Nacional de México.
Con esta exposición, que reúne obras de Juan Pantoja de la Cruz, El Greco, Rubens, el Veronés, Goya, Tiziano y Velázquez, entre otros, la Galería de Palacio Nacional inicia un ciclo de exposiciones dedicadas a los palacios y galerías más relevantes del mundo.
Legado incalculable
Álvaro Soler y Pilar Benito son los comisarios de esta exposición que muestra cómo los palacios reales de España se convirtieron en receptáculos de un legado incalculable gracias al esfuerzo personal e institucional de monarcas como los Reyes Católicos, el emperador Carlos V, Felipe II, Felipe IV o Carlos II, por crear y conservar una extraordinaria colección histórico-artística enriquecida con el acervo material y cultural que aportaron los territorios que estuvieron en algún momento vinculados a la Monarquía Hispánica. Un patrimonio cultural al que se une el adquirido por los palacios virreinales, que emulaban a sus modelos peninsulares.
Así, los visitantes que se acerquen a la Galería de Palacio Nacional podrán admirar, por primera vez en México, algunos de los principales tesoros históricos y artísticos pertenecientes a las casas reales de Habsburgo y Borbón que conserva Patrimonio Nacional. La muestra permite, además, analizar los cambios en las colecciones españolas y virreinales a lo largo de la historia; conocer cómo se trasladaron al Palacio Virreinal de Nueva España los valores de los soberanos españoles traducidos en teorías arquitectónicas y artísticas así como en gustos cortesanos; mostrar cómo eran los interiores de los palacios españoles y novohispanos y explicar el uso que se hacía de ellos, en especial en los actos protocolarios.
Nueve capítulos
La exposición se divide en nueve capítulos que abordan los períodos y circunstancias que han condicionado el legado histórico y artístico de Patrimonio Nacional desde la Baja Edad Media hasta la Guerra de la Independencia, por un lado, y por otro la relación con el Palacio Virreinal de Nueva España.
El límite cronológico en la primera parte, en la que se concentran las obras de Patrimonio Nacional, viene dado porque la Guerra de la Independencia supuso un antes y un después en el coleccionismo real y porque una parte fundamental del patrimonio mueble e inmueble conservado en las actuales Colecciones Reales es anterior a 1808. Este límite también permite ofrecer una panorámica de las colecciones con anterioridad a los procesos de independencia americanos y la convulsa situación interna española que también influyeron en la proyección de la imagen real y en su consiguiente transformación.
1. La corte itinerante. De la Edad Media a la Edad Moderna. El primer capítulo llama la atención sobre la importancia del carácter itinerante de la corte desde los reinos medievales hasta el fallecimiento del emperador Carlos V. Se trataba de una corte en constante movimiento entre diferentes casas y palacios que carecía de una sede permanente del poder real.
Imagen: La adoración del nombre de Jesús o La alegoría de la Santa Liga
Domenikos Theotokopoulus, llamado El Greco (1541-1614), hacia 1577-1579
Óleo sobre lienzo, 140 x 109,5 cm. Patrimonio Nacional, Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid
2. Felipe II y el establecimiento de la capital en Madrid. Felipe II es la figura clave en la historia de las actuales colecciones reales debido a tres decisiones que condicionaron su desarrollo hasta el presente. El primer epígrafe dentro de este capítulo se centra en el establecimiento de la capitalidad del reino en Madrid, que supuso la creación de una sede permanente del poder real, apoyada por una red de palacios tejida a su alrededor. Un segundo epígrafe trata la trascendental decisión de la construcción del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (Madrid), pieza clave para la monarquía española tanto por su planteamiento arquitectónico como por los usos a los que fue destinado. Este capítulo se completa resaltando la importancia de la herencia imperial expresada en las disposiciones testamentarias de Felipe II como germen de las colecciones artísticas del Patrimonio Nacional, ya que gracias a ellas se consideraron como inalienables de la corona española la Real Armería, la tapicería y la colección real de pinturas.
3. Los palacios reales bajo los Austrias. De Felipe II a Felipe IV. El tercer capítulo expone el ambiente en el que discurrió la vida de la familia real, así como sus fundaciones religiosas, de gran trascendencia hasta la actualidad. A manera de introducción se recalca la idea de la universalidad de la monarquía hispana para comprender la diversa procedencia de los objetos en los que se materializó la vida palatina a través de muebles, textiles y libros representativos.
4. Los Reales Patronatos. El cuarto apartado de la exposición explica la creación de los Reales Patronatos en el contexto religioso de la Contrarreforma y de la vida cortesana, analizando su fundación y dotación a través de sus benefactores.
5. El cambio dinástico. El advenimiento de la dinastía borbónica. La introducción de la Casa de Borbón supuso un cambio de gustos, bajo la preeminencia de los modelos franceses e italianos, pero, sobre todo, constituyó el momento de mayor esplendor artístico de las colecciones reales españolas en todas sus manifestaciones. Por el contrario, parte del legado Austria se perdió por la propia evolución de los Reales Sitios. El incendio del Alcázar en 1734 dio lugar a la creación de una nueva sede para la monarquía que constituiría la mayor empresa de la nueva dinastía. El epígrafe sobre el Palacio Nuevo y la legitimidad dinástica aborda la construcción del actual Palacio Real.
6. La magnificencia de la monarquía a través del refinamiento en la decoración de los Reales Sitios y de la vida cotidiana. Los Palacios y sus jardines fueron el marco para la expresión de la magnificencia regia. Las reformas emprendidas en los Reales Sitios ampliaron su superficie y cambiaron su fisonomía, por lo que fue necesaria una ingente labor para su decoración, siempre bajo la premisa de la mayor calidad. La empresa supuso la regularización de las artes suntuarias como uno de los rasgos más destacado de la dinastía borbónica, ya que ahora se impulsan las producciones amparadas por la monarquía para su servicio directo, por medio del establecimiento de los Talleres Reales y las Reales Fábricas para decorar los nuevos edificios, a la vez que eran un instrumento de desarrollo de las comarcas en las que se asentaron estas manufacturas.
7. Las casas de campo. La diversión a través del arte. Entre todas las colecciones y edificios se ha querido llamar especialmente la atención sobre las casas de campo de Carlos IV, bien como Príncipe de Asturias, bien como Rey de España, exponentes del mayor refinamiento artístico de la dinastía. Estos palacetes de recreo y su decoración supusieron el cenit de las artes decorativas de la monarquía española.
8. El cambio de escenario. La guerra de la Independencia. El último capítulo dedicado a las Colecciones Reales Españolas se reduce a las dos escenas de Goya de La fabricación de pólvora, que evocan la Guerra de la Independencia, conflicto que supuso el fin del coleccionismo real.
9. Espejo de Ultramar. El Palacio Virreinal de Nueva España. El último apartado de la exposición enlaza las colecciones y los Reales Sitios españoles con el Palacio Virreinal de México a través de una galería de retratos de los diferentes virreyes de este período, así como de una variada muestra de artes decorativas que ilustran las analogías y diferencias existentes entre el arte virreinal y el desarrollado en España bajo el amparo de la corona.
Número de obras en exposición 278 obras procedentes de España
94 obras mexicanas
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Ciudad de México. Tesoros de los Palacios Reales de España. Una historia compartida. Galería de Palacio Nacional de México.
Del 16 de diciembre de 2011 al 31 mayo de 2012
Comisarios: Pilar Benito García y Álvaro Soler del Campo
- Patrimonio Nacional [1] es el organismo que administra los bienes de titularidad estatal al servicio de la Corona Española. Gestiona y conserva ocho palacios reales, seis palacetes, diez monasterios y conventos de Fundación Real repartidos por la geografía española, además de las 22.000 hectáreas de espacios verdes que los rodean. Sede de actoso ficiales y de Estado, es una de las principales instituciones culturales europeas, cuyos museos albergan más de 135.000 objetos artísticos. Sus bosques y jardines, abiertos al público, son un referente paisajístico y medioambiental de primer orden, en algunos casos Patrimonio de la Humanidad.
- Acción Cultural Española (AC/E [2]) es una institución cultural de carácter público que promociona y difunde las diversas realidades culturales de España dentro y fuera de nuestro país. Apuesta firmemente por el arte contemporáneo en español, esto es, por el ideado y formulado a uno y otro lado del Atlántico y, especialmente, por la colaboración entre los artistas españoles e iberoamericanos.