Este «proyecto fototextual», obra de Su Alonso e Inés Marful, quiso convocar desde el inicio de su andadura, en la primavera de 2006, a un conjunto de grandes autores para invitarlos a reflexionar en torno a la fotografía de su rostro. «Este empeño –explican las comisarias y fotógrafas–, por más que original en su planteamiento, apelaba directamente a una larga estirpe de reflexiones y conceptos que, desde Platón hasta nuestros días, han formado parte de todas las historias del arte. No en vano la fotografía, entendida en sus albores como una réplica sin mediación de la naturaleza que representa, ha contribuido a atizar las hogueras en las que, sobre todo en las últimas décadas, se han venido caldeando las nociones de mimesis, verdad, referencia o ficción».
A este planteamiento, interesante desde el punto de vista de la discusión teórica, se añadía, según Alonso y Marful, una particularidad que prestaba al proyecto un «registro más íntimo y un calado humano más profundo». Tratándose, como se trata, de fotografías de rostros, y de autores enfrentados a la contemplación de su propia imagen, los textos no sólo se hacen eco de la identificación o el extrañamiento del individuo ante su réplica instantánea, sino también de una «serie de temas medularmente humanos: el paso del tiempo y su huella inevitable en nuestra fisonomía, los laberintos de la memoria, la compleja interacción entre retratados y fotógrafas, la confrontación entre el rostro impreso y el rostro imaginario colonizado por los mitemas del esteticismo envolvente, la concepción del ser como microcosmos que evoca una realidad que lo trasciende y un largo y apasionante etcétera. Palabras para un rostro no es tanto una exposición como el testimonio de una travesía».
Segovia. Palabras para un rostro [1]. Sala de la Alhóndiga.
Del 27 de enero al 27 de febrero de 2011.