Riani representa, en estos tiempos convulsos, un modelo de arquitectura que no requiere de la búsqueda de nuevos paradigmas que preocupan a teóricos y profesionales de la materia. Su dilatada trayectoria extendida por territorios desconocidos es, en primer lugar, una demostración de oficio y, por ende, una comprobación de amor apasionado por el mismo. Pero es, también, la constatación de un proceso muy elaborado y riguroso, de un esfuerzo sostenido, de una equilibrada combinación de cultura y técnica, que conducen a un resultado creativo y amable.
Investigación paciente
La investigación paciente de la época de formación universitaria y sus primeros proyectos, luego, la experimentación y la renuncia, siempre el riesgo, siempre un cierto desencanto, y la exploración continua –permanente– del lugar en su más amplio sentido, del lugar habitado, de las personas que lo disfrutan o lo sufren. Ese es el camino recorrido hasta llegar a “interpretar el presente para construir el futuro”, hermosa formulación que encierra de una vez la biografía del arquitecto y las herramientas de su trabajo arquitectónico.
Sin renunciar a sus raíces toscanas, Paolo Riani ha recorrido el mundo para crear su propio “mundo de arquitecturas”, el que ahora se muestra en el IVAM. Primero, en los libros y en el aula, en los museos y en las lecciones de sus maestros; después, en la geografía, en las ciudades y en las tierras, pero sobre todo en sus gentes. Europa, América y Japón, Moscú y Arabia, las montañas, el mar y la arena del desierto, la piedra y el asfalto, y la gente –siempre la gente– son la materia en la que sus manos trabajan después de atraparlas con el objetivo de su cámara fotográfica.
Un mundo de mundos
Los bocetos iniciales y las magníficas fotografías de las obras terminadas, las maquetas de trabajo y los cuadernos de dirección de obra, las fantásticas hélices de madera y la colección de pequeños aviones que mantienen siempre vivo el recuerdo de su padre, los documentos que acreditan sus logros y sus galardones, el testimonio de su compromiso constante con la arquitectura, habitan los muros de la Sala Pinazo para trasladar emociones y certezas de semejante intensidad.
Como explica el comisario de esta exposición, José María Lozano, «no hay un solo mundo en el imaginario de Paolo Riani. Hay un mundo de mundos en los que se ha adentrado desde su juventud –una juventud que alarga con comodidad y sin esfuerzo–. Y si el mundo, geográficamente hablando, no le es ajeno puesto que lo viene recorriendo desde hace mucho tiempo, tampoco le resultan extrañas otras versiones más abstractas, más poéticas, espirituales o materiales, siempre humanas. Mundos de formas, de colores, de texturas, de gustos y sabores, de sentimientos; mundos muy humanos, de personas muy humanas».
Esta muestra ha sido patrocinada por la Cátedra de Arquitectura Sostenible de la UPV, la ICFA (Italian Cultural Foundation of América) y Arquitectura Mediterránea Contemporánea.
Valencia. Paolo Riani. Un mundo de arquitecturas. IVAM [1] (Instituto Valenciano de Arte Moderno).
Del 16 de diciembre de 2010 al 13 de febrero de 2011.
Comisario: José María Lozano Velasco.
Catálogo online [2]