Esta trienal [1], que tendrá lugar hasta el 1 de junio, alberga obras de más de 40 artistas, la mayoría de ellas expuestas en la denominada «nave» que se sitúa bajo la gran vidriera del Grand Palais, y que fue diseñada para la ocasión por el arquitecto suizo Philippe Rahm. Además, la cúpula de esta institución parpadeará Don Quijote de La Mancha traducido en código morse luminoso.
Más espectáculo
La Torre Eiffel, por su parte, será la protagonista de un curioso juego luminoso al encenderse y apagarse de manera anárquica y no a horas fijas; el Louvre expondrá la Grand Odalisque del pintor francés Jean-Auguste-Dominique Ingres (1780-1867) en forma de puzzle. Además, este encuentro, organizado por el ministerio de Cultura francés y comisariado por Jean-Louis Froment, Jean-Yves Jouannais y Didier Ottinger, contará con la participación de algunos de los artistas galos más prestigiosos del momento, como Bertrand Lavier, que expondrá en la Torre Eiffel; Gérard Collin-Thièbaud, que hará lo propio en el Museo del Louvre; Daniel Buren, que se dejará ver en la entrada del Grand Palais; Annette Messager en el Palais de la Découverte; Orlan en el Museo Grévin, y Pierre y Gilles en la iglesia de Saint-Eustache.
Entre las obras más impactantes de esta edición destaca la instalación International Kebab, del artista chino afincado en París Wang Du, que consiste en decenas de miles de fotos apiladas alrededor de un eje de nueve metros de altura, imitando a un asador de kebab turco, y que los visitantes pueden cortar con unos cuchillos de cocina.
Otras acciones
A unos pocos metros, el proyecto del argelino Fyaçal Baghriche reúne una bola del mundo que gira a gran velocidad con un mural plástico que muestra las estrellas de las banderas oficiales de los países de todo el mundo sobre un fondo azul celeste. Jean-Baptiste Ganne es el artífice de la versión de Don Quijote de La Mancha en código morse luminoso de color rojo, que se emitirá desde la cúpula del Grand Palais, simulando un faro por encima de los tejados parisinos. La francesa Véronique Aubouy propone un gran fresco cinematográfico con centenares de lectores de Marcel Proust en diferentes situaciones.
Además de las exposiciones que alberga toda la capital francesa, la muestra se completa con actuaciones musicales, espectáculos en vivo, conferencias y talleres para escolares.