Muñoz afirmó también que el patrimonio se entiende ahora desde diferentes facetas, no sólo históricas, sino también paisajísticas, industriales, tradicionales y contemporáneas. Todo ello hace que “la actuación sobre el patrimonio cree empleo cualificado, fije la población y sea enormemente rentable”. 

Además, el director del IPCE reconoció que el mayor problema que existe en este momento es la falta de coordinación entre las diferentes administraciones. Y no sólo se refirió a la descoordinación entre la administración central, las comunidades autónomas y los ayuntamientos, sino también entre los distintos ministerios que actúan sobre el patrimonio, como Defensa o Medio Ambiente. La idea, según Muñoz, es un cambio de modelo que incluya prevención, innovación e investigación.

Público y privado

Por su parte, el catedrático de Teoría de la Historia de la Arquitectura y la Restauración de la Escuela Técnica de Arquitectura de la Universidad de Alcalá, Javier Rivera, destacó que, a diferencia de otros países de nuestro entorno europeo, “en España el peso de la rehabilitación de edificios históricos recae en un 90% sobre la administración, mientras que en países como Francia el 70% lo realiza el sector privado”. Rivera insistió en la necesidad de cambiar rápidamente la Ley de Mecenazgo para permitir mayores desgravaciones, poniendo el acento en países como Francia o Estados Unidos, donde se alcanzan deduccciones del 100%.

Gonzalo Rey, vicepresidente primero de ARESPA, recordó que, a raíz de la apertura del Museo Guggenheim Bilbao, el turismo cultural ha cobrado una enorme importancia. Además, remarcó el importante papel de las empresas especializadas en este proceso, con su implicación en las fases posteriores a las obras, favoreciendo la sostenibilidad de las actuaciones y propiciando el turismo cultural.