Los estudios han revelado que la policromía primera del Pórtico de la Gloria fue un proyecto de gran entidad no solo artística, sino también económica. Lo revela el proceso de investigación, todavía en curso, que ha descubierto gran cantidad de oro y lapislázuli en la pigmentación de las figuras de la composición.
Más en concreto, el programa de estudio ha permitido identificar hasta tres policromías sucesivas. Los investigadores han contrastado que de la primera decoración medieval quedan muy pocos restos y que los autores de ese trabajo empleaban una gama reducida de tierras coloreadas. En negro perfilaban el contorno de los relieves y rasgos faciales, y utilizaban colores de aspecto opaco realizados con una técnica mixta, un temple graso a base de aceite secante y proteínas: blanco albayalde, rojo bermellón y azul lapislázuli.
Además de las policromías originales, se ha corroborado la presencia de brocados aplicados en algunos mantos que datan del siglo XVI. «Esta técnica de gran riqueza ornamental subraya la importancia de este conjunto», asegura la Fundación Barrié de la Maza [1], mecenas de los trabajos. A partir de la segunda quincena de enero se realizarán nuevas tomas de muestras de policromía y piedra para completar los resultados. También se realizarán distintas pruebas para realizar el proyecto de intervención.