La primera sorpresa que nos vamos a llevar los visitantes este año es que el icono más representativo de Berlín, el Muro, ofrece su cara más austera y vuelve a aparecer como hace veinte años, únicamente cemento. Y es que el muro ha sido limpiado íntegramente para que los más de cien artistas que lo pintaron en la llamada East Side Gallery vuelvan a repintar sus obras, actualizadas, para conmemorar los veinte años de la caída.
Más imprescindibles
Para los amantes de la música, la Ópera es parada obligatoria. Si todavía llegamos a tiempo de visitar Berlín en lo que queda del mes de abril, quizá alcancemos a ver la representación de La Traviata de Giuseppe Verdi.
Otro de los “imprescindibles” de la ciudad germana es el Berliner Ensemble, el teatro fundado por Bertolt Brecht. Aquí podemos ver una representación de los sonetos de Shakespeare. Pero sólo aquellos que hayan sido previsores y tengan su entrada reservada tendrán esa suerte ya que se encuentran todas vendidas hasta el mes de julio.
Los que dispongan de más días pueden hacer una excursión a Bonn y deleitarse con una magnífica retrospectiva de Modigliani en la Sala de Exposiciones del Gobierno Federal. Otra opción interesante es acercarse a Halle, a una hora de Berlín si nos desplazamos en tren. Allí se celebra el 250 aniversario de la muerte del genial músico Georg Friedrich Händel, y podemos visitar su casa natal y atender alguno de los numerosos conciertos.
Y para despedirse de Berlín de una manera relajada, sin prisas, nada mejor que tomar un paseo a través de sus numerosos canales, bajando de vez en cuando para hacer una visita a sus numerosas y actuales galerías de arte.