A Kcho los barcos le han permitido articular un discurso entorno a la problemática cultural y social de los viajes, el éxodo y el exilio. Aunque su trabajo se alimenta de la realidad cubana para fomentar su inquietud artística, sus dibujos y esculturas ofrecen una relectura del fenómeno migratorio global y están dotadas de una universalidad que permite que sean comprendidas en múltiples contextos. 

El mar como protagonista

En esta muestra, la presencia y ausencia del mar constituye el tema central, combinado a su vez con elementos tan característicos de la obra del artista como el montaje artesanal, la construcción en serie o la relación entre el dibujo y la escultura.

En Sin título, 2008, Kcho hace uso de elementos reciclados extraídos de su cultura popular para construir una escultura de grandes dimensiones formada por botes de hierro encajados. Esta obra funciona a modo de instalación, se relaciona con el público y el espacio. El bote es un objeto metafórico que no debe entenderse sólo de una manera literal, como una referencia al problema de la emigración, sino que sirve como elemento que tiene su propia historia y como el mismo Kcho afirma, “su propia vida pasada”.

El artista abre paso a la construcción de un imaginario personal basado en la naturaleza que le rodea y la condición insular a la que está sometido. Su iconografía se basa en elementos vinculados con el mar que son recogidos y descontextualizados para ser usados bajo un propósito para el que nunca tuvieron la intención de servir.

Escenas nocturnas

En Visión nocturna encontramos una serie de escenas que transcurren en plena noche, elemento poco convencional en la obra del artista, que además son vistas a través de un instrumento óptico tipo binoculares y realizadas a partir de formas austeras basadas en un dibujo esquematizado y monocromo. Para Kcho, el dibujo supone un elemento clave porque le permite experimentar con las ideas de forma directa y rápida.

Visión nocturna hace referencia al mar, a la visión del mar dentro de un bote, a la sensación de fragilidad e inestabilidad de la condición humana, al peligro que acecha, frente a la propia experiencia e historia de los ojos que miran. El artista elabora un juego de miradas y visiones a partir de la introducción de unos prismáticos como elemento que amplifica la visión y el detalle, y que por tanto desvela la realidad que no se ve al que mira a través de ellos. Observamos, en medio del mar y de la noche, las cámaras de camiones flotando a modo de balsas, los barcos que desconocemos si suponen un alivio o una amenaza, las personas hacinadas en embarcaciones humildes, los botes rodeados por aletas de tiburón… las escenas nos llegan como si también nosotros estuviéramos en altamar y fuéramos partícipes de los acontecimientos que acechan al bote.

Barcelona. Kcho. Visión Nocturna. Galería Marlborough.

Del 7 de abril al 8 de junio de 2011.