La primera fase de este proyecto [1], que se engloba dentro de un proyecto más amplio de la artista en la ciudad, consiste en restaurar la Torre de Aguas, un depósito situado en la antigua Fábrica de Armas, actual campus tecnológico de la Universidad de Castilla-La Mancha, transformándola en su parte alta en un observatorio y con una fuente en su interior.
Cristina Iglesias-Toledo contempla cuatro piezas: la primera, la que ahora comienza en la Torre de Aguas; la segunda en el río, en la zona de la Cava; y las otras dos en el casco histórico, en el sótano del edificio de San Pedro Mártir y en la plaza del Ayuntamiento.
Cajastur entregará al proyecto 600.000 euros, mientras que la Diputación Provincial abonará 200.000 euros y pondrá a disposición del proyecto su Escuela Taller. Completan el compromiso económico los 100.000 euros de la Fundación Art Angel, que se sumarán al proyecto a través de la Fundación El Greco 2014 para financiar la intervención de Cristina Iglesias en esta primera fase.
Transformar la escultura
Cristina Iglesias (San Sebastián, 1956) pertenece a una generación de artistas que desde la década de los 80 ha transformado el concepto de escultura en el ámbito de las instalaciones. Sus obras reflejan un vocabulario estético basado en el uso de diferentes materiales (hormigón, alabastro, resina, hierro y cristal, a veces combinados con motivos vegetales como el bambú y la hojarasca) y diversas técnicas (bajorrelieve, tapiz o serigrafía en gran formato, sobre seda y cobre, etc.) que delatan su interés por el espacio, la arquitectura, la literatura y la geología.
Iglesias empezó a cursar la carrera de Ciencias Químicas que abandonó a finales de los años 70 para trasladarse a Barcelona. Allí realizó estudios de dibujo y cerámica (1977-1979), y en 1980 se trasladó a Londres para estudiar en la Chelsea School of Arts. De 1995 a 2000 ejerció como profesora de escultura en la Academia de Bellas Artes de Mónaco. Es Premio Nacional de Artes Plásticas (1999) y vive y trabaja en Torrelodones (Madrid).