Lo que yace adormecido
"La memoria -recuerda su comisaria, Paloma Martín Llopis- elige, voluntaria o involuntariamente, lo que yace adormecido en el suelo de la mente. Es un lugar intangible que retiene, de forma arbitraria, parte de la información que entra de manera cotidiana. Su naturaleza está ligada a tres factores: el tiempo, la experiencia y el contexto".
Cinco epígrafes
El objetivo de la exposición es, además, buscar una identidad o esencia común de la cultura iberoamericana como respuesta a la globalización existente. Para ello, su estructura se agrupa bajo los siguientes epígrafes: La huella de lo íntimo o la experiencia personal; El entorno o la memoria social; El círculo vital. Tiempos de infancia, dolor y muerte; El deseo como motor o principio de la acción memorística y, por último, La memoria como excusa. El engaño visual.
Para la comisaria, "cada obra funciona como una lectura sobre la capacidad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado. Los ejes de espacio y tiempo provienen de allá, del continente americano, de ocuparse del ayer… Es una vuelta a lo vivido, intervenido y permutado por el artista. Es un regreso a las prioridades del recuerdo, a las experiencias que marcan nuestra vida, al origen de nuestros intereses y a cómo percibimos nuestro pequeño mundo".
Participantes Los artistas que participan, por orden alfabético, son: Emilia Azcárate (Caracas, 1964), Alfredo Castañeda (Ciudad de México, 1938), Juan Carlos Delgado (Bogotá, 1973); Doctor Lakra (Ciudad de México, 1972), Alfredo Jaar (Santiago de Chile, 1956), Gonzalo Lebrija (Ciudad de México, 1972), Luz Ángela Lizarazo (Bogotá, 1966), Teresa Margolles (Culiacán, Sinaloa 1963), Vik Muniz (Sao Paulo, 1961), Fernando Palomar (Guadalajara, 1967), Dulce Pinzón (Ciudad de México, 1974), Adriana Salazar (Bogotá, 1980) y Adriana Vallejau (Río de Janeiro, 1964). |
Madrid. Regreso, Arte latinoamericano y memoria. Casa de América.
Hasta el 15 de marzo de 2009.
Comisaria: Paloma Martín Llopis.