El Comité de Selección ha estado formado por 13 miembros, seis designados por el Ministerio de Cultura y siete por las instituciones europeas. Los miembros españoles, que contaron con el preceptivo visto bueno de la Comisión Europea, fueron Mireia Belil Boladeras, Enrique Cabero Morán, Emilio Cassinello Aubán, Javier Martín Domínguez, Cristina Ortega Nuere y Jordi Pascual Ruiz. Por su parte, el Consejo de la Unión Europea designó a Constantin Chiriac y Erna Hennicot-Schoepges, y los de la Comisión Europea, Manfred Gaulhofer y Robert Scout. Danuta Glondys y Andreas Wiesand fueron nombrados por el Parlamento Europeo. Finalmente el Comité de las Regiones eligió a Elisabeth Vitouch.

donostia-sansebastian-2016Burgos, Córdoba, San Sebastián y Las Palmas de Gran Canaria presentaron sus dossieres finales de candidatura ante el jurado ayer lunes, 27 de junio, mientras que Segovia y Zaragoza lo hicieron hoy por la mañana. Cada ciudad contó con 30 minutos para exponer su proyecto final, y a éste le siguió un turno de preguntas de una hora en el que las distintas delegaciones respondieron a las cuestiones planteadas por el jurado internacional.

Designación y nervios

Dieciséis ciudades españolas aspiraban inicialmente a este reconocimiento (ningún otro país en la historia de la Capital Europea de la Cultura había presentado un número de candidaturas semejante), de las que nueve se quedaron en el camino el pasado 30 de septiembre: Alcalá, Baleares (candidatura conjunta), Cáceres, Cuenca, Málaga, Murcia, Oviedo, Pamplona, Santander y Tarragona.

El escenario donde tuvo lugar tanto este anuncio como las presentaciones previas varió respecto a la anterior fase de preselección. Si en aquella fue el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, en la fase final ha sido el Museo del Traje, también en Madrid.

Las presentaciones se realizaron en la biblioteca del edificio, mientras que la designación de San Sebastián se ha hecho pública en un abarrotado salón de actos del Ministerio de Cultura. En los actos finales de presentación del proyecto de la capital guipuzocana han participado conjuntamente el exalcalde socialista, Odón Elorza, y el nuevo edil, Juan Karlos Izagirre, de Bildu.

Desde 1985 hasta hoy, 33 ciudades han sido capitales europeas de la cultura, entre ellas tres españolas, Madrid (1992), Santiago de Compostela (2000) y Salamanca (2002).

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La ganadora

San Sebastián

«Olas de Energía Ciudadana» y “Cultura para la coexistencia”. Estas son las dos ideas centrales que resumen el alma de la candidatura en un mensaje claro: las personas y los movimientos ciudadanos son el verdadero motor de las transformaciones y de los cambios en el mundo. El programa pretende unir a todos los ciudadanos para promover los valores democráticos y fomentar el respeto a las ideas expresadas de forma pacífica. Además, Donostia puede presumir de su plurilingüismo, de su experiencia como participante en proyectos europeos y de su carácter transfronterizo.

Las cinco finalistas

Burgos

El lema de la candidatura, «R-evolución», era una manera de demostrar la necesidad de reposicionar a esta ciudad dentro de España y de Europa. Su programa aspiraba a convertirse en modelo de transformación de una ciudad de tamaño mediano que sitúa a la cultura como dimensión central de todas las políticas urbanas. Burgos ha aprobado un plan estratégico de cultura y ésta se considera uno de los elementos clave de su estrategia a largo plazo. Su candidatura también incorporaba contenidos científicos, principalmente a través del Museo de la Evolución Humana (Atapuerca).

Córdoba

Su candidatura se fundamentaba en el importantísimo papel que ha desempeñado la ciudad en la historia de Europa y en el diálogo entre civilizaciones. Su proyecto, asociado a otro de rehabilitación urbana a ambas orillas del río Guadalquivir, se basaba en cuatro conceptos esenciales: diálogo intercultural, participación, innovación creativa y sostenibilidad. La ciudad se está transformando, y muchos proyectos culturales están sirviendo para materializar dicha transformación.

La candidatura pretendía incentivar todas las fases del proceso cultural: creación, producción, promoción, distribución y consumo, y mencionaba a las empresas del ámbito cultural como motor para la transformación de la ciudad y, en especial, de la orilla sur del río, la más desfavorecida.

Córdoba en 7 Verbos from Córdoba 2016 on Vimeo.

Las Palmas de Gran Canaria

Una candidata situada en una encrucijada tricontinental. Su posición en el Atlántico, entre Europa, América y África, y su gran desarrollo turístico han configurado su carácter intercultural. Un rico paisaje humano en el que se mezclan culturas y gentes que constituyen el día a día de una gran ciudad, capital cultural del archipiélago canario. Su programa estaba basado en cinco conceptos: creatividad, innovación, desarrollo, educación y cooperación. Su vida cultural se caracteriza desde siempre por la participación activa de los ciudadanos. La candidatura contaba con el respaldo de las regiones periféricas de la Unión Europea, buscaba potenciar la dimensión cultural del turismo y estaba asociada a un importante proceso de rehabilitación urbanística: el Parque de las Creaciones.

 

Segovia

Segovia comparte algunas características con un buen número de ciudades europeas, como por ejemplo, la importancia del patrimonio para la imagen de la ciudad, la proximidad a una gran metrópolis (en este caso, Madrid) y la profunda relación que existe entre la urbe y su entorno natural, muy bien conservado. Aspiraba, con ello, a convertirse en modelo de transformación para este tipo de ciudades.

Su candidatura proponía una perspectiva ambiciosa, joven y estratégica, de innovación, apertura y diálogo, donde el ciudadano, las universidades y las empresas debían convertirse en los protagonistas, viviendo con curiosidad, reinventando y redescubriendo nuevos horizontes a través del arte y la cultura para revitalizar la ciudad (Patrimonio Mundial de la UNESCO)  y definir su posicionamiento en una Europa amplia y abierta.

 

Zaragoza

El Primer Plan Estratégico de la Cultura transformará su modelo cultural en uno más contemporáneo y eficiente. Este cambio pasa por hacer de Zaragoza una ciudad creativa que reconozca en la política cultural uno de los mejores modos de convertirla en una ciudad más abierta y acogedora y que se sirva para transformar su modelo urbano, reforzar su sostenibilidad y mejorar el bienestar de todos los ciudadanos.

Su proyecto giraba en torno a cinco grandes temas: “Memoria y celebración”, “La Europa diversa”, “Ciudad y cultura urbana”, “Utopías” y “El vínculo con Latinoamérica”. El proyecto se centraba en el liderazgo de la sociedad civil y trataba de impulsar la movilidad artística, la formación de redes y los proyectos en pequeña escala. En el programa participaban también cinco pueblos de Aragón y varias ciudades situadas a orillas del Ebro.

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