La investigación se centra principalmente en quiénes fueron responsables de la gestión de las ruinas de Pompeya con anterioridad al nombramiento en junio de 2008 de Marcello Fiori como comisionado del Estado, momento en el que se adjudicó un fondo especial de 79 millones de euros destinado a la recuperación de la ciudad.
Según informa la publicación Il Giornale dell’Arte, entre los citados para ser interrogados por el fiscal por “falta de garantías” en la conservación de la ruinas de más de 2.000 años de antigüedad, se encuentran Pietro Giovanni Guzzo, superintendente de Nápoles y Pompeya; Antonio Varone, director del sitio que supervisó personalmente las especificaciones técnicas a prueba de agua de la Cámara de los Gladiadores; Papaccio Valerio, director de los Servicios Técnicos, y la arquitecta Paola Rispoli. La investigación también contempla la revisión del período dirigido por el comisionado Fiori, incluyendo un estudio financiero.
¿Sólo la lluvia?
Según los informes técnicos, la Casa del Moralista se derrumbó debido a la excesiva humedad del suelo, que terminó socavando sus cimientos. Pero, desde entonces, otras dos estructuras más se han venido abajo: un muro situado a lo largo de una de las calles principales, la Stabiana Vía, que según un comunicado de la superintendente temporal de Nápoles y Pompeya, Jeannette Papadopoulos, se derrumbó y parte de una sala lateral –no abierta al público– perteneciente a la Cámara del Pequeño Lupanar, que en este tiempo ha sufrido daños estructurales de consideración. En ambos casos, Papadopoulos achacó los problemas a las fuertes lluvias registradas.
Mientras tanto, el ministro de Cultura italiano, Sandro Bondi, que esperaba poder transferir la gestión de Pompeya a una nueva fundación con una junta de síndicos que representasen a las instituciones con intereses en el sitio, podría recibir un duro revés político si se confirman los rumores según los cuales el Gobierno podría cambiar el actual plan de rescate de Pompeya nombrando un nuevo grupo de trabajo compuesto por arquitectos con los recursos financieros suficientes para llevar a cabo los necesarios trabajos de urgencia, contratar arqueólogos y fortalecer las competencias del superintendente.
Más:
La UNESCO inspecciona Pompeya [1]