seguimiento que permite su rápida localización, estos cuadros viajan sin ser desmontados de sus bastidores en cajas específicas que garantizan su total protección.

Posteriormente, el Prado procederá a desembalar las 14 piezas de gran formato para que puedan permanecer un tiempo en su nueva ubicación aclimatándose a las nuevas condiciones de temperatura antes de su exhibición prevista para el próximo 26 de mayo.

Revisión de Sorolla

Esta exposición antológica que tendrá como protagonista a Joaquín Sorolla (1863-1923) ofrecerá un centenar de obras prestando especial atención a sus Visiones de España (1911-1919), catorce lienzos que desarrolló el pintor valenciano en su última etapa creativa, antes de caer enfermo de hemiplejía y morir a los pocos años.

La serie, concebida a instancias de Lord Huntington, fundador de la Hispanic Society de Nueva York, está formada por cuadros que superan los tres metros de altura y figuras a escala natural.

Esta prometedora muestra no sólo mostrará en Madrid momentáneamente unas obras estrechamente ligadas a España, sino que justificará la revisión de la que, a fecha de hoy, sigue siendo una de las más importantes empresas artísticas del siglo XX.

Luz y color

El conjunto Visión de España de Joaquín Sorolla está compuesto por 14 murales de gran tamaño que fueron encargados al pintor por el multimillonario Milton Huntington para decorar una de las salas de la Hispanic Society de Nueva York, institución fundada a principios del siglo XX para dar a conocer la cultura española en los Estados Unidos.

Estas obras, que abandonaron su ubicación original por primera vez gracias al patrocinio de Bancaja, fueron realizadas desde el año 1912, cuando Sorolla se dedicó a recorrer la geografía española, captando imágenes de tipos para construir después esta gran decoración. En 1913, cambió de opinión y, aunque no dejó de usar algunos de los cuadros de tipos, empezó a pintar los paneles directamente del natural; ese año hizo el monumental La fiesta del pan. Castilla.

Durante el año siguiente,1914, realizó cinco paneles, Los nazarenos. Sevilla, La jota. Aragón, El concejo del Roncal. Navarra, Los bolos. Guipuzcoa y El encierro. Andalucía. En 1915 pintó cuatro más, El baile. Sevilla, Los toreros. Sevilla, La romería. Galicia y El pescado. Cataluña. En el año siguiente sólo pintó Las grupas. Valencia. En 1917, El mercado. Extremadura. Entre noviembre de 1918 y enero de 1919 hizo El palmeral. Elche y, finalmente, ese mismo año 1919 pintó el último de los paneles La pesca del atún. Ayamonte.

En total, una obra colosal que ocupó sus últimos años y que él mismo consideró la obra de su vida, llamándola exactamente con ese nombre en distintos escritos que se conservan. Esta muestra constituye no sólo de la obra más importante de Sorolla, sino también la de uno de los más importantes conjuntos pictóricos de todo el siglo XX.