La Fundació cerró en enero de 2008 para llevar a cabo estas obras de mejora, encargadas al estudio de arquitectura Ábalos-Sentkiewicz, que ha adaptado su edificio a las nuevas normativas de seguridad y evacuación, y a las necesidades de las personas con movilidad reducida.
También se ha efectuado una remodelación de los espacios expositivos orientada a recuperar su carácter industrial original, y se ha hecho una reforma de la entrada del museo que ha contribuido a mejorar los espacios de recepción y librería. También se ha renovado el sistema de climatización del edificio y se ha instalado un nuevo sistema antiincendios.
Reforma más ambiciosa
Durante la ejecución de estas obras de remodelación se constató la conveniencia de llevar a término una reforma arquitectónica más ambiciosa que, inicialmente, la Fundació se planteaba realizar dentro de unos años. Así, con la voluntad de optimizar costes y de reducir el plazo de ejecución de las obras, se decidió realizar ahora esta segunda remodelación.
Esta reforma implicó la recuperación de la segunda planta del museo (donde estaban las oficinas) para uso público, con el fin de disponer de nuevos espacios que posibilitaran mejorar la oferta de actividades y servicios museísticos (actividades pedagógicas, espacio de archivo y documentación, sala multiuso, etc.) así como iniciar nuevas líneas de programación.
La recuperación de la segunda planta del edificio para uso público, no obstante, comportó trasladar las oficinas y construir un nuevo espacio donde ubicarlas. Con la intención de respetar al máximo la estructura original del edificio histórico, las nuevas oficinas se construyeron sobre el actual auditorio. Dos plantas de un total de 376 metros cuadrados, de una altura similar a la de los edificios adyacentes en el patio interior de manzana. Esta edificación obligó también reforzar los fundamentos y las estructuras del edificio, modificar el espacio de reserva y restauración del museo y habilitar nuevas salidas de emergencia desde el subterráneo.
Los lugares del arte
La Fundació Antoni Tàpies reabre sus puertas con la exposición Antoni Tàpies. Los lugares del arte, que incluye obras del artista realizadas en los últimos veinte años (coincidiendo con las dos décadas desde la inauguración de la Fundació), con algunos contrapuntos de obras anteriores (en concreto de mediados de la década de 1940) que son su germen. La exposición también incluye una selección de obras de la colección privada del artista, un fragmento de lo que él denominó su "manifesto" y su "museo" [Antoni Tàpies, El arte y sus lugares, Madrid: Siruela, 1999].
Esta selección comprende obras que abarcan desde el arte egipcio antiguo hasta el arte moderno occidental, desde objetos rituales hasta libros científicos, y que no sólo constituyen el hábitat del artista sino que están vinculadas a su modo de concebir el arte, y suponen una interrogación heterodoxa sobre su origen, historia y significado. La selección reúne piezas poco o nunca vistas en una sala de exposición.