Georges Seurat (1859-1891) está considerado hoy en día como uno de los iconos del arte del siglo XIX y el más importante exponente del puntillismo, un estilo de pintura muy personal desarrollado por el propio artista, que componía minuciosamente sus obras a base de infinidad de pequeñas manchas o puntos de pintura yuxtapuestos, pero que combinados en la retina del espectador dan lugar a un mundo de color excepcional.
Un mundo de color
Un mundo desde luego muy particular, que donde quizá quedó mejor reflejado es en sus temas referidos a figuras en el paisaje, en los que un conjunto de contrastes claro-oscuros rodea las figuras, acentuándolas y dotándolas a la vez de una especie de presencia irreal.
La exposición en la Schirn Kunsthalle, titulada simplemente Seurat, pone de relieve un punto de intersección en la producción creativa del artista, que perteneció inicialmente a grupos como la Escuela de Barbizon, que tuvo como compañeros y amigos a artistas como Puvis de Chavannes, pero que, sin embargo, realizó sus obras por la vía de una nueva técnica de pintura con composiciones absolutamente originales, que sin duda contribuyeron enormemente a preparar el camino de transición a los impresionistas.
Fráncfort. Seurat. Schirn Kunsthalle [1].
Del 4 de febrero al 9 de mayo de 2010.