El libro presenta a Tom, que a sus 11 años vive en una vieja caravana en condiciones más que precarias con su madre Joss, que no supera los veinticinco y que le atiende de aquella manera. En realidad es Tom el que la cuida; el que debe valerse por los dos: asalta huertos colindantes para coger patatas y zanahorias con los que improvisar menús y en una de esas encuentra tirada a una anciana aterida que no hubiera llegado a la mañana siguiente si Tom, el pequeño Tom, no hubiera estado allí. Y la historia da otro giro.
Sintetizar y conmover
Tierna hasta la médula pero en absoluto empalagosa, estamos ante la historia de un niño que parece un adulto y una madre que actúa como una adolescente.
En esta, su tercera novela, Barbara Constantine vuelve a demostrar su capacidad para sintetizar y conmover al cruzar los destinos de una serie de personajes a los que la vida no ha repartido las mejores cartas.
Nos hacemos sus confidentes, nos encariñamos a medida que la lectura avanza y deseamos de corazón que consigan encontrar su lugar en el mundo. Hagámonos pues sus cómplices, metámonos en sus vidas, entre risas y emociones leámosles, no nos arrepentiremos del encuentro.
Tom, pequeño Tom, hombrecito Tom [1]
Barbara Constantine
Traductor: Braulio García Jaén
Seix Barral. Biblioteca Formentor
219 páginas