El Museo Picasso de Barcelona, el equipamiento municipal más visitado de la ciudad, iniciará este semestre sus obras de ampliación, con las que ganará 1.800 metros cuadrados y podrá mejorar la atención al público y a los investigadores. La ampliación estará terminada en dos años y permitirá redistribuir su colección permanente, formada por 3.800 obras.
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El Ayuntamiento de Barcelona aprobó ayer definitivamente el plan especial urbanístico para la ampliación, a la que destinará tres millones de euros. El plan implica sustituir las fincas de la calle Flassaders números 24, 26 y 28, y la parte posterior de la finca número 30, deshabitadas desde hace tres años. El Museo, que se inauguró en 1963 y que el año pasado recibió más de 1,3 millones de visitantes, es el centro de referencia para el conocimiento de los años de formación del pintor malagueño.
Proyecto atrevido
El primer teniente de alcalde de Bienestar y Cohesión Territorial, Carles Martí, concretó que el proyecto de reforma del arquitecto Jordi Garcés -el mismo que ha hecho el resto de ampliaciones- es "atrevido" y basado en el cristal y el hormigón, materiales con los que acostumbra a trabajar.
Martí aseguró que esta remodelación tendrá un impacto importante en el barrio al dignificar la fachada de la esquina de la calle comercial de Flassaders y completar la urbanización de la plaza Sabartés. El Institut de Cultura de Barcelona (ICUB) también quiere elaborar este año el Plan Director del Museo, que ha de definir sus principales líneas de futuro.
El Museo Picasso de Barcelona ocupa actualmente cinco grandes mansiones o palacios de los s. XIII-XIV, que han sufrido remodelaciones a lo largo del tiempo, las más importantes en el s. XVIII. Desde su inauguración en 1963 a la actualidad, ha pasado de uno a cinco palacios. La superficie actual es de 11.500 metros cuadrados, con 22 salas de exposición permanente.
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El vínculo de Picasso con Barcelona El Museo Picasso es el testimonio del vínculo del artista con Barcelona. Un vínculo estrecho e inseparable, forjado en su adolescencia y su juventud, y que se prolongó hasta su muerte. La máxima expresión de su fuerte vinculación con la ciudad es el propio Museu, creado por voluntad personal del artista: gracias a su voluntad y a la de su amigo Jaume Sabartés, Barcelona dispone hoy de la obra de juventud, así como de la serie completa de Las Meninas, de uno de los artistas más significativos de la escena artística del siglo xx. |
