Pérez Villaamil, figura clave del romanticismo español y destacado paisajista, fue el promotor, director artístico y autor de buena parte de los dibujos preparatorios para las litografías que ilustraron esta importante obra editorial. Los lujosos fascículos, publicados en París entre 1842 y 1850, contribuyeron –al modo de los libros de viaje– tanto a la difusión de nuestro patrimonio arquitectónico como a perpetuar entre el público extranjero la idea de una España exótica, rica en arte y tradiciones y ajena, en buena medida, al devenir europeo.
Talento para el dibujo
La exposición también permite disfrutar del talento de Pérez Villaamil para el dibujo y conocer la estima que José Lázaro Galdiano (1862-1947) tuvo por el artista, del que consiguió reunir un apreciable conjunto de obras.
Además de promotor y director artístico de la obra, que reproduce vistas de monumentos españoles acompañadas por textos del escritor Patricio de la Escosura, Pérez Villaamil fue el autor de buena parte de los dibujos preparatorios para las litografías que la ilustraron, de las que se muestran algunos ejemplos en las vitrinas 2 y 3. Los dibujos expuestos en la vitrina 3 dan fe del talento del pintor para el paisaje y el dibujo arquitectónico, así como su maestría y sensibilidad para captar la luz y el color. Este tipo de obras, consideradas como lo mejor de su producción, muestran con fidelidad y rigor las formas arquitectónicas aunque, en ocasiones, presentan una distorsión voluntaria de las proporciones –favorecida por la introducción de pequeñas figuras agrupadas que magnifican los edificios–, así como un exceso en la ambientación pintoresca.
La vitrina 4 muestra algunos dibujos realizados para la España artística y monumental que no llegaron a incluirse en la obra. Junto a ellos pueden verse dos vistas que Pérez Villaamil dibujó para un proyecto similar al que nos ocupa, pero dedicado a los monumentos arquitectónicos de Bélgica que finalmente no llegó a editarse.
Comparar y valorar
La exposición conjunta de dibujos y estampas permite, además de disfrutar de las obras, comparar y valorar los cambios inevitables entre los primeros y sus reproducciones. Gracias a la presentación digital se pueden mostrar las 142 litografías incluidas en la obra y apreciar el trabajo de un artista clave para la pintura de la primera mitad del siglo, iniciador del paisaje romántico español.
Jenaro Pérez Villaamil nació en Ferrol en 1807. Estudió en el Colegio Militar de Santiago de Compostela, donde su padre era profesor de dibujo y topografía, hasta que en 1823 se unió al ejército liberal que luchaba contra la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis. Resultó herido en la provincia de Sevilla y después desterrado en Cádiz, donde asistió a las clases de la Escuela de Bellas Artes. Allí tomó la decisión de dedicarse profesionalmente a la pintura.
Entre 1830 y 1833 trabajó en Puerto Rico realizando decorados para el Teatro Tapia. De vuelta a España, conoció en Sevilla al paisajista escocés David Roberts (1796-1864) cuyo característico estilo –evocador y pintoresco– adoptó como propio. En 1835 ingresó en la Academia de San Fernando en el ramo de Paisaje, al tiempo que participaba en la fundación del Ateneo y del Liceo Artístico y Literario Español, centro clave del romanticismo hispano.
Fama creciente
Ilustró la primera edición de obras de su amigo José Zorrilla quien, a su vez, le dedicó el poema La noche de invierno. Su fama creció, y también los honores: en 1838 la reina regente María Cristina lo nombraba caballero de la Orden de Isabel la Católica y, en 1840, Pintor Honorario de Cámara. Durante la regencia de Espartero residió en Francia y desde 1842 en Bélgica, aunque con continuos viajes a París donde encargó la edición de la España artística y monumental (1842- 1850).
La caída del general Espartero propició su regreso a España, al que siguió el nombramiento de caballero de la Orden de Carlos III por parte de Isabel II. En 1845 ocupó la plaza de Teniente Director de la Academia de San Fernando y la cátedra de Paisaje. Murió en Madrid a los 47 años, dejando una ingente producción artística. Tras su temprana desaparición, su figura y obra quedaron algo olvidadas hasta que las dos exposiciones de pintura y dibujo organizadas, en 1913 y 1922, por la Sociedad Española de Amigos del Arte y la publicación, en 1921, de una monografía a cargo de Antonio Méndez Casal le devolvieron al lugar que le corresponde entre los grandes pintores españoles de la primera mitad del siglo XIX.
España artística y monumental Entre 1842 y 1850 la prestigiosa editorial Hauser de París publicó los 36 cuadernos de una obra en tres volúmenes que llevaba por título España artística y monumental. Vistas y descripción de los sitios y monumentos más notables de España. Tras esta empresa se encontraba el pintor Jenaro Pérez Villaamil quien, siguiendo la estela de los libros de viaje ilustrados tan en boga durante la primera mitad del siglo XIX y, sin duda, a la vista del que había editado su amigo David Roberts en 1837 (Picturesque Sketches in Spain), había convencido al poderoso banquero, coleccionista y mecenas Gaspar de Remisa para que la financiara. El pintor no sólo se encargó de la dirección artística sino que también fue el autor de la mayor parte de los dibujos que luego fueron litografiados en los talleres parisinos de Lemercier, cuyos litógrafos estaban considerados entre los mejores del momento. La obra, como todas las de características similares, estaba dirigida a un público culto y adinerado que participaba de la idealización y fascinación por el pasado, así como del deseo de conocer otras culturas, algo propio del temperamento romántico entonces dominante. De ahí que, ya desde el prólogo, se privilegiase la arquitectura medieval y renacentista, consideradas las más representativas del espíritu del pueblo español. Tal y como afirmó en la presentación el autor de los textos –publicados en español y francés–, el periodista y dramaturgo Patricio de la Escosura: “…en nuestra opinión conocer la arquitectura de un pueblo es conocer al pueblo mismo, al menos en general y con respecto al grado de civilización en que se halla”. Entre las vistas de monumentos destacaron por su número las de Toledo y Burgos, seguidas a gran distancia por las dedicadas a localidades vascas, madrileñas, navarras o andaluzas. En todo caso, la obra no se concluyó, como prueba la ausencia de ilustraciones de monumentos de Cataluña, Valencia o Asturias, así como la presencia de una única litografía dedicada a la tierra natal del pintor, Galicia. |
Madrid. Jenaro Pérez Villaamil y la España artística y monumental. Museo Lázaro Galdiano [1].
Hasta el 12 de diciembre 2011.
Comisario: Carlos Sánchez Díez.
Ver/descargar tríptico de la exposición [2]Jenaro Pérez Villaamil y la España artística y monumental [2](469 KB)
Ya está disponible en el blog oficial del Museo Lázaro Galdiano una entrevista con el comisario de la exposición Carlos Sánchez [3]