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Últimos días: Joan Miró en el Rijksmuseum de Ámsterdam

La serie Interiores holandeses, con los bocetos y dibujos preparatorios que realizó Miró, nunca antes se había exhibido junto con las obras del siglo XVII que le sirvieron de ejemplo y fuente de inspiración. Con esta presentación, el Rijksmuseum vincula de forma única el arte del pasado con el presente.

Mundo de fantasía

En mayo de 1928, Miró viajó desde París a los Países Bajos, donde visitó, entre otros, el museo holandés. Como un turista más, envió una postal a sus amigos, pero hubo dos tarjetas que se llevó a casa: reproducciones a color de El tocador de laúd de Hendrick Martenszoon Sorgh (1661) y Niños enseñan a un gato a bailar (La clase de baile) de Jan Havickszoon Steen (aprox. 1660-1679), que forman parte de la colección permanente del Rijksmuseum.

En ambas pinturas, la figura central es un músico, flanqueado por uno o más oyentes y un gato y un perro. En Interiores holandeses, Miró introduce a estos personajes en su propio mundo surrealista de fantasía y somete las escenas a una completa metamorfosis.

En el verano de 1928, durante una estancia en su taller de la masía familiar en el municipio catalán de Montroig, Miró tomó estas dos tarjetas postales como punto de partida para tres pinturas que tituló Interior holandés. En lugar de trabajar de esa forma tan espontánea habitual en él, elaboró una amplia serie de bocetos y dibujos preparatorios.

Actualmente, estas pinturas se encuentran en las colecciones del Museum of Modern Art (MoMA, Nueva York), la Peggy Guggenheim Collection (Venecia) y el Metropolitan Museum of Art (Nueva York). Miró donó en los años setenta las tarjetas postales, los bocetos y los dibujos preparatorios al MoMA y a la Fundació Joan Miró (Barcelona). Este material de estudio ofrece una imagen única de la transformación a la que Miró somete las pinturas del siglo XVII que le sirvieron de inspiración.

Copias creativas

Con estas ‘copias creativas’, Miró se sumó a una larga tradición de artistas que volvían a interpretar y a utilizar como fuente de inspiración las obras maestras de sus predecesores para la creación de nuevas obras de arte. La colección del Rijksmuseum ha servido con frecuencia de fuente de inspiración tanto en el presente como en el pasado, pero el encuentro entre Miró y los maestros holandeses de la pintura de género constituye un punto culminante extraordinario de la historia del arte.

La presentación representa una fascinante y sorprendente confrontación del Siglo de Oro holandés y la vanguardia del siglo XX. Jan Steen es uno de los grandes maestros de aquella época y es conocido sobre todo por sus divertidas escenas de la vida cotidiana. A finales de los años veinte gozaba de gran fama gracias a una importante exposición y diferentes publicaciones. Por su parte, Joan Miró ya era considerado en los años veinte como uno de los principales exponentes del surrealismo en la pintura y se convirtió en uno de los artistas más influyentes y conocidos de su generación.

 

Ámsterdam. Interiores holandeses de Joan Miró. Rijksmuseum [1].

Hasta el 13 de septiembre de 2010.