Todas las obras expuestas pertenecen al Banco Central del país, una institución que, gracias a su colección de arte moderno, ha contribuido de forma decisiva al desarrollo y la difusión de las tendencias artísticas imperantes en este país desde principios del siglo XX hasta la actualidad.
Apertura a la modernidad
La proclamación de la República de Turquía, en 1923, abrió las puertas a la modernidad. En el clima de apertura y novedad provocado por las reformas políticas de Mustafá Kemal Atatürk, la Academia de Bellas Artes (Sanayi-i Nefise Mekteb-i Âlisi) tomó la iniciativa de mandar a París a algunos de sus alumnos más aventajados.
En contacto con las vanguardias artísticas y literarias, los artistas turcos asimilaron los movimientos modernos europeos y aportaron sus propias interpretaciones subjetivas. Tras la Segunda Guerra Mundial, esta relación se hizo todavía más estrecha, y la escuela de París de los años cuarenta y cincuenta y el expresionismo abstracto norteamericano dejaron una huella perdurable en la sensibilidad de los artistas turcos.
Una de las constantes ha sido la fascinación por las formas abstractas, abordada con enfoques diversos, ya sea desde el expresionismo y la abstracción figurativa o a través de interpretaciones fantásticas. Existe, eso sí, un vínculo en todas ellas: la fuerza gráfica y la potencia del color son constantes en estas obras que, aunque pintadas en fechas y circunstancias muy distintas, remiten a un legado histórico común.
Madrid. Obras maestras contemporáneas de Turquía en la colección del Banco Central de la República de Turquía. CaixaForum.
Hasta el 30 de mayo de 2010.