El Museo considera en una nota remitida a los medios que este «nuevo éxito de público ha sido propiciado por factores como la reorganización de la parte de la colección correspondiente a los años 40, 50 y 60; o la consolidación de la amplia y diversa programación de actividades públicas, que a lo largo del año ha ofrecido debates, seminarios, conferencias, recorridos por la colección, Artes en Vivo o ciclos audiovisuales».

Todo ello se ha articulado con un extenso programa de exposiciones temporales, dirigiéndose a grupos específicos de visitantes (Desvíos de la deriva, Principio Potosí, Manhattan Uso Mixto, Miralda, Val del Omar, Hans-Peter Feldmann o Atlas, entre otras), y «continuando así con la transformación del Reina Sofía en un espacio público con los más diversos discursos, formatos y miradas en torno al arte contemporáneo y las vanguardias españolas e internacionales».