A la reunión han asistido Ignacio Diego, presidente del Gobierno de Cantabria; José María Lassalle, secretario de Estado de Cultura; Emilio Botín, presidente de la Fundación Botín, y los vocales del Patronato.
La investigación tiene como objetivo determinar el impacto que la presencia humana tiene sobre la conservación de las pinturas rupestres y elaborar un plan de conservación preventiva con el fin de decidir si es compatible su adecuada conservación con la presencia de visitantes.
Cinco proyectos
El plan aprobado desarrollará cinco proyectos: seguimiento ambiental, control del biodeterioro, conservación del soporte y policromía, accesibilidad y valor social. Las conclusiones se interrelacionarán en la elaboración de un Plan de Conservación Preventiva. El programa tendrá dos años de duración a partir de su inicio el próximo mes de septiembre y contará con una dotación presupuestaria de 953.000 euros.
La dirección científica correrá a cargo del especialista en conservación preventiva Gaël de Guichen, consejero del director general del Centro Internacional de Estudios para la Conservación y la Restauración de Bienes Culturales (ICCROM), organización intergubernamental creada por la UNESCO y dedicada a la conservación del patrimonio cultural.
La coordinación general se llevará a cabo desde el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) por Marián del Egido, jefa del Área de Investigación y Formación del IPCE y vicepresidenta del Consejo de ICCROM.