En este nuevo proyecto, según el historiador del Arte Juan Francisco Rueda, «surge con fuerza una rama de lo expresivo como es lo grotesco –lleva un juicio de valor aparejado– que domina algunos personajes y algunas situaciones, descabelladas y cómicas, como la que escenifica Ya son ganas. Tal vez reflejos de la realidad. En este sentido, y a diferencia de exposiciones anteriores, Castellano introduce la figura humana, aunque formulada desde lo grotesco y mediante el assemblage y el collage: Bebedor 01, Bebedor 02, Pelele o incluso los reyes de Dos de pino, aun cerca del homúnculo y puede que del ridículo, suponen la inclusión de lo antropomórfico. Lo humano quedaba hasta ahora denotado por la inclusión de objetos que actuaban a modo de sinécdoque (unos simples zapatos nos advertían de la presencia); algo que aún observamos en Ya son ganas, donde hábilmente esos zapatos invitan a ponernos en el lugar de alguien que mira a una nariz de payaso prendida de un amenazante garfio».
En exposiciones anteriores, Castellano se ha centrado en revisitar la casa que habitó en la infancia –una poética de búsqueda de sí mismo, de exhumación de un pasado, de rememoración y de vivificación de recuerdos asociados a ese entorno doméstico y familiar–. «No obstante, la infancia no ha desaparecido de su universo. Alguna pieza como Pelele alude a lo infantil y suma quizás una visión grotesca que la convierte en una metáfora de nosotros mismos. En Malos tiempos, un caballo de cartón es violentamente rajado, albergando en una de sus mitades una figurada habitación en la que un vaso de leche reina como símbolo de la infancia del artista. Pero Malos tiempos puede actuar ante todo como metáfora acerca de lo infantil gracias a que la idea de la destrucción, de destripar los juguetes y la posterior recomposición de los restos, como si de un ensamblaje se tratara, se relaciona con una primera pulsión creativa en el niño. Baudelaire señaló en Moral del juguete (1853) que el niño destruye el juguete en pos de encontrar el alma de éste. Ese instinto late en Castellano, quien busca y necesita no sólo el alma de los elementos que recupera, sino los posibles relatos o historias que atesoran».
Madrid. Jacobo Castellano. Dos de pino. Galería Fúcares.
Del 13 de septiembre al 8 de noviembre de 2012.