El Comité ha reconocido su valor como las minas de mercurio más grandes del mundo y ejemplos únicos de la explotación del mercurio a lo largo de los siglos. Asimismo ha destacado que estas minas conservan un rico patrimonio material que refleja las diferentes etapas del desarrollo científico aplicado para la extracción de este mineral.
Ejemplos excepcionales
Las características geológicas específicas de los depósitos de mercurio de Almadén e Idrija las han convertido en ejemplos excepcionales de esta minería. Actualmente, el cierre de las minas ha provocado la transformación adecuada de este recurso económico industrial en recurso patrimonial cultural.
El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, como representante del Estado Parte ante la UNESCO, ha manifestado su «gran satisfacción» al sumar las Minas de Almadén a la amplia relación de bienes españoles que figuran en la Lista de Patrimonio Mundial. Con Almadén, son ya 44 los bienes inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial [1], lo que refleja el reconocimiento al más alto nivel internacional de la abundante diversidad y riqueza de España en patrimonio cultural y natural.
A lo largo de la historia
Ambas minas son los lugares más representativos de la explotación del mercurio a lo largo de la historia. Su importancia radica no sólo en el material que extraían, sino en el papel clave que el mercurio tuvo en la obtención de plata a partir del mineral en bruto y, que se utilizó desde el siglo XVI en los yacimientos españoles de América.
A lo largo de la historia las minas de Almadén e Idrija han acercado a ambas naciones, favoreciendo intercambios económicos y culturales. El desarrollo tecnológico de ambas es patente también en sus alrededores, creando un entorno urbano que demuestra la presencia de ingenieros y arquitectos capaces de construir singulares edificios.