Las esculturas, todas fechadas en el presente año, han sido creadas por Valdés específicamente para el Jardín Botánico. A Guiomar (5,70 x 3,90 x 3 m), unas ramas de helecho la abrazan y le sirven de tocado, igual que a la elegante Galatea (7,90 x 4,50 x 3,34 m); mientras que el tocado de Ivy (5,70 x 3,90 x 3 m) sugiere el movimiento casi abstracto de las hojas de palmera con el soplo del viento. Las hojas revolotean y conforman el tocado de Arcadia (6,15 x 5,18 x 2,77 m) y Fiore (8,70 x 5,40 x 3,40 m) y las juguetonas mariposas lo hacen en Butterflies (15,45 x 5,20 x 3,80 m). Alhambra (14,36 x 3,39 x 4,74 m) constituye un saludo del artista a nuestro país, con su inspiración en el monumento nazarí. Esta escultura ofrece al espectador la experiencia de pasear por su interior.
Considerado uno de los más importantes artistas contemporáneos españoles en activo y con una gran reputación internacional, Manolo Valdés [1] nació en Valencia en 1942. Comenzó su formación en 1957 al ingresar en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos en su ciudad natal. Inició su carrera a principios de los años 60, fue miembro fundador de Estampa Popular Valenciana (1964-1967) y, más tarde, creó junto a Rafael Solbes y Juan Antonio Toledo el Equipo Crónica, con el que desarrolló una importante labor durante 17 años, hasta el fallecimiento de Rafael Solbes en 1981. Desde entonces comenzó una nueva etapa profesional en solitario, como pintor, escultor, grabador y cartelista, participando en numerosas exposiciones individuales y colectivas.
Nueva York. Manolo Valdés / Escultura monumental. New York Botanical Garden [2].
Hasta el 26 de mayo de 2013.