Las imágenes de la muestra, llevada a cabo gracias a la colaboración de la Fundación Schola y a Caja Burgos, muestran una relación de entendimiento recíproco, de empatía, que descubre en la mirada de lo cotidiano el alma de la humanidad.
Este trabajo es fruto de un viaje de Ismael Martínez a Benin y Togo, en el que tomó 4.500 fotografías y realizó unas 50 entrevistas. Uno de sus objetivos era acercarse a la realidad africana sin prejuicios "compartiendo sus condiciones de vida y descubrir y mostrar en sus fotografías la sonrisa de los africanos, que transmite una gran alegría de vivir, a pesar de las dificultades".
La fotógrafa y galerista Rene Maisner, hija de Ryszard Kapuscinski (1932-2007), ha dicho de estas fotografías del periodista jiennense que "refleja el movimiento y la emoción del mundo ordinario. Es lo cotidiano en diferentes ángulos y distancias: a veces sólo el rostro, a veces sólo siluetas y actividades".