La muestra permite, por un lado, apreciar el trabajo realizado por Van Dongen a principios de siglo en París y las claras conexiones con Picasso –con quien coincidió, en aquel momento, en el Bateau-Lavoir– y, por otro, mostrar su aportación fundamental al fauvismo. Aspectos más desconocidos y en ocasiones mal entendidos de la obra del artista, como su interés por los temas orientalizantes o de referencias españolas, y parte del trabajo de su etapa final, centrado en los retratos de carácter mundano, estarán también presentes en la exposición.
La evolución de un artista
Kees Van Dongen, una coproducción del Musée des beaux-arts de Montréal y del Nouveau Musée National de Mónaco, en colaboración con el Museu Picasso de Barcelona, muestra la evolución del artista, desde sus años de formación hasta la cima de su carrera. Compañero de Picasso en el Bateau-Lavoir, estableció unos vínculos e intercambios estéticos con él ampliamente referenciados en esta muestra.
Van Dongen, nacido en las afueras de Rotterdam, desarrolló la mayor parte de su carrera en París, donde se estableció a partir de 1897. En esta etapa de la exposición, se presenta una selección muy precisa de más de un centenar de obras del artista –de los dibujos de principios de siglo a las obras de los años veinte– que dan testimonio del conjunto de su carrera y, de forma inédita, muestran la relación que se estableció, en un momento crucial de la historia de la pintura moderna, entre Van Dongen y el malagueño.
En este sentido, la muestra incluye una reducida selección de obras de Picasso y parte de los retratos que Van Dongen realizó de Fernande Olivier, compañera de Picasso en aquellos momentos. A su vez, la exposición muestra la relación del artista con Barcelona, que se produce con motivo de la exposición individual que las Galerías Dalmau le organizaron en el año 1915.
Organización cronológica La muestra está organizada cronológicamente y en ella se abordan los diferentes ámbitos en los que se expresó Van Dongen: la pintura, que en opinión de Élie Faure utilizó para “escribir el poema sensual del mundo”, así como también su trabajo como ilustrador y su obra gráfica. Asimismo, en esta exposición se destaca una perspectiva inédita del artista, gracias a recientes investigaciones sobre su obra y a una selección de piezas poco conocidas hasta la fecha. La muestra reúne 78 obras: 59 pinturas, 18 dibujos y un grabado. Se incluyen, también, piezas documentales y cuatro obras de Picasso: una escultura, dos dibujos y un grabado. La extravagancia y violencia de los cuadros de Van Dongen tuvieron repercusiones fuera de Francia, y especialmente entre los miembros del grupo expresionista alemán Die Brücke. Sumados a su gusto por el orientalismo, contemporáneo del cultivado por Matisse, estos rasgos hacen de Van Dongen una de las figuras pioneras de las vanguardias. Sus obras, brillantes e impúdicas -ocasionalmente comparadas con “prodigiosos excesos de luz, calor y color”- constituyen testigos excepcionales de la voluntad del artista de afirmar su propio estilo en el arte moderno, al nivel de Matisse o Picasso. |
Barcelona. Kees Van Dongen. Museu Picasso [1].
Del 11 de junio al 27 de septiembre de 2009.
Comisarios: Jean-Michel Bouhours y Pepe Serra.