Dicha obra, tras someterla a numerosos estudios, resultó ser ni más ni menos que un ‘velázquez’. La fascinante historia de la pintura se caracteriza por los cambios en la atribución de la autoría y su identificación, un ejemplo de cómo la opinión de la crítica puede cambiar con el tiempo.
Después de varios meses, el Metropolitan Museum inaugura mañana la exposición Velázquez redescubierto, una ocasión inigualable para observar esta obra restaurada junto a las otras seis pinturas de Velázquez con las que cuenta la institución neoyorquina. Entre esas obras, hay un retrato de Felipe IV sobre el que todavía existen dudas, por lo que "será sometido también a una nueva valoración".
La limpieza de la imagen
Lo que nunca se había apuntado en las fuentes y anteriores estudios del nuevo ‘velázquez’ fue el grado en que la aparición de la imagen se veía comprometida por las gruesas capas de barniz descolorido que contenía, por lo que los trabajos de restauración y conservación intentaron que la imagen se viera lo más parecida a lo que el artista creó.
La limpieza de la imagen, literalmente, puso de manifiesto una nueva obra de arte: un retrato inédito que sólo podría haber sido pintado por Diego Velázquez (1599-1660), autor a quien se le atribuye desde entonces la obra.
A pesar de todo, muchas preguntas continúan en el aire, la más intrigante sobre la identidad del retratado, que recuerda sobremanera a la figura que aparece en el extremo derecho de la obra maestra de Velázquez, La Rendición de Breda, pintado en 1634-35 para decorar el Palacio del Buen Retiro en Madrid. La cuestión es, sin embargo, muy especulativa y por eso el Met decidió titular la obra de forma generalista como Retrato de un hombre.
Nueva York. Velázquez redescubierto. Metropolitan Museum [1].
Del 17 de noviembre al 7 de febrero de 2010.